CHERNÓBIL, CINCO AÑOS DESPUÉS

Mentiras y silencios de una dictadura

El presidente del Sóviet Supremo de Rusia, Borís Yeltsin, declaró ayer que "la avería ocurrida en la central atómica de Chernóbil, la catástrofe tecnológica más grande del siglo XX", destruyó la vida de cientos de miles de personas, o quizá incluso de millores.Yeltsin propuso ante los parlamentarios que las tres repúblicas eslavas de la URSS -Bielorrusia, Rusia y Ucrania- unieran sus esfuerzos para liquidar las consecuencias causadas hace cinco años por la explosión del cuarto reactor de la central.

Las consecuencias de la catástrofe de Chernóbil se agravaron debido a que "la irresponsa...

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El presidente del Sóviet Supremo de Rusia, Borís Yeltsin, declaró ayer que "la avería ocurrida en la central atómica de Chernóbil, la catástrofe tecnológica más grande del siglo XX", destruyó la vida de cientos de miles de personas, o quizá incluso de millores.Yeltsin propuso ante los parlamentarios que las tres repúblicas eslavas de la URSS -Bielorrusia, Rusia y Ucrania- unieran sus esfuerzos para liquidar las consecuencias causadas hace cinco años por la explosión del cuarto reactor de la central.

Las consecuencias de la catástrofe de Chernóbil se agravaron debido a que "la irresponsabilidad y el ya tradicional desprecio por el destino de la gente no permitieron hacer todo lo posible después de la avería", dijo Yeltsin en la sesión, que encargó al Presidium del Parlamento aprobar manana, en su próxima reunión, una resolución con una serie medidas para ayudar a los que sufrieron dosis de radiación a consecuencia de la explosión.

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El ministro de Salud Pública de Ucrania, Yuri Spizhenko, ayer acusó a las autoridades federales de ser el culpable de que cientos de miles de personas sufrieran dosis de radiación intolerables. "Sí, las mentiras y las semiverdades, la dictadura informativa y la confidencialidad con que se escondía la verdadera situación radiactiva existente fuera de la zona de 30 kilómetros a la redonda de la central hicieron lo suyo: 150.000 habitantes de Ucrania recibieron dosis de radiación en el tiroides superiores a la norma permitida", dice Spizhenko. "Y 5.000 nifios y 7.000 adultos sufrieron dosis que superan en 30-40 veces, la norma", agrega, en una entrevista concedida al diario Trud.

El culpable de la tragedia de esta gente es el vicepresidente de la Academia de Ciencias Médicas de la URSS, Leonid llín, quien el 7 de mayo (le 1986 decía en una nota a los dirigentes de Ucrania que "el anallislis de la situación radiactiva en Kiev testinionia que actualmente no es necesario evacuar a la población y, en particular, a los niños a otras regiones".

El desprecio del que habla Yeltsin también fue patente con respecto a las personas que participaron en la liquidación de la avería en la zona de los 30 kilometros alrededor de la central. De las 600.000 personas que trabajaron allí, sólo de 100 000 se sabe realmente qué dosis de radiación sufrieron. Del otro medio millón de personas se desconoce todavía qué dosis recibieron, pues trabajaron sin control dosimétrico. "Miles de ellos no saben lo que les espera mañana. Según nuestros cálculos, el 30% dentro de algunos años enfermará de alguna forma de cáncer", dice Spizhenko.

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