Tribuna:

Perdedores en el córner

Un viejo aforismo bursátil recuerda que los hombres piensan en manada, pierden el juicio con rapidez de vértigo, también en manada; y finalmente lo recuperan, cuando es el caso, muy lentamente y uno por uno. Justamente eso es lo que está ocurriendo esta semana después de la ducha de agua fría del pasado viernes, cuando se conocieron las intenciones reales de la autoridad monetaria y del Ministerio de Economía de no favorecer una mayor suavización de los tipos de interés, cuya bajada inicial sonó muy bien en los primeros acordes de esta primavera financiera. Abundancia de papel, dicen las cróni...

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Un viejo aforismo bursátil recuerda que los hombres piensan en manada, pierden el juicio con rapidez de vértigo, también en manada; y finalmente lo recuperan, cuando es el caso, muy lentamente y uno por uno. Justamente eso es lo que está ocurriendo esta semana después de la ducha de agua fría del pasado viernes, cuando se conocieron las intenciones reales de la autoridad monetaria y del Ministerio de Economía de no favorecer una mayor suavización de los tipos de interés, cuya bajada inicial sonó muy bien en los primeros acordes de esta primavera financiera. Abundancia de papel, dicen las crónicas; y apenas poco más, porque nadie se acuerda de la tempestad si no hay nubes al acecho. El dinero se ganará muy pronto desde el córner, decían los pronósticos; para los avispados había llegado el momento de esperar y ver.Como en los mejores tiempos de Bernard Baruch en Wall Street, alguien se hizo con paquetes significativos durante la crisis del Golfo, pero un descuido fatal le aconsejó reservar papel para después de Pascua. Nada nos inclina a pensar que ninguna persona está exenta de egoísmo, escribió un maestro indiscutible cuyo nombre no viene al caso. Aunque, esta vez, la avaricia ha roto el saco.

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