El Parlamento de la URSS impone los resultados del referéndum a las repúblicas independentistas

El Sóviet Supremo (Parlamento) de la URSS ha decidido imponer a todas las repúblicas, incluidas las independentistas, la voluntad de la mayoría de los soviéticos expresada en el referéndum del domingo a favor de mantener la Unión. El Parlamento votó un texto de ocho puntos -aprobado por 280 votos a favor, 38 en contra y 37 abstenciones- en el que asegura: "La decisión del pueblo a favor de una Unión renovada de repúblicas es definitiva y de obligado cumplimiento en todo el territorio de la URSS". Por otro lado, allegados al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y al presidente de la Federaci...

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El Sóviet Supremo (Parlamento) de la URSS ha decidido imponer a todas las repúblicas, incluidas las independentistas, la voluntad de la mayoría de los soviéticos expresada en el referéndum del domingo a favor de mantener la Unión. El Parlamento votó un texto de ocho puntos -aprobado por 280 votos a favor, 38 en contra y 37 abstenciones- en el que asegura: "La decisión del pueblo a favor de una Unión renovada de repúblicas es definitiva y de obligado cumplimiento en todo el territorio de la URSS". Por otro lado, allegados al presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y al presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, han mantenido "conversaciones confidenciales" para llegar a un acuerdo entre los dos líderes tras la consulta popular.

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Mijaíl Gorbachov consiguió un apoyo limitado en el referéndum sobre el futuro del Estado, y Borís Yeltsin logró un aplastante refrendo popular para la idea de introducir el puesto de presidente de Rusia por sufragio universal.La noticia sobre esos contactos fue facilitada ayer a EL PAÍS por fuentes informadas, que dijeron que el acuerdo entre ambas partes debe lograrse "no individualmente" entre los dos líderes, sino "entre equipos" para no volver al callejón sin salida en que acabaron las reuniones Gorbachov-Yeltsin en el pasado.

El apoyo que ha dado más del 52% del censo electoral de Rusia a la institución presidencial republicana no allana el camino de Yeltsin hacia ese puesto, ya que para introducirlo se requieren cambios constitucionales que exigen los dos tercios del Congreso de los Diputados de Rusia, el Parlamento donde las fuerzas están muy igualadas entre los comunistas y los yeltsinistas. El Congreso se reunirá el 28 de marzo por iniciativa de la oposición a Yeltsin, que le exige rendir cuentas de su gestión y que, en un principio, pretendía defenestrarlo como máximo líder de Rusia.

El respaldo al proyecto de Estado unido, concebido como una federación renovada de repúblicas soberanas en igualdad de der2chos, no soluciona los problemas reales: seis repúblicas no quieren firmar el Tratado de la Unión y otras, como Rusia, tienen serias objeciones al borrador presentado por el Kremlin.

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Recurrir a la fuerza

A pesar de la decisión del Sóviet Supremo, difícilmente se puede imponer un proyecto de Estado unido a quienes no quieren asumirlo sin recurrir a la fuerza algo que, por otra parte, piden a gritos representantes de los sectores conservadores en el Parlamento

"Mijaíl Gorbachov no se da cuenta de su difícil situación. Cree haber ganado en firmeza al haberse reconciliado con el partido y con el Ejército", manifestaban fuentes próximas al presidente de la URSS, según las cuales el líder no está a gusto con su nuevo equipo y no acaba de entenderse con el vicepresidente, Guennadi Yanaev.

Borís Yeltsin está dispuesto a la batalla en el Congreso de los Diputados de Rusia, y sus colaboradores han preparado unas modificaciones constitucionales, según las cuales el presidente sería jefe del poder ejecutivo y no tendría competencias para disolver el Parlamento.

El equipo de Yeltsin ha renunciado de momento a llevar al Parlamento el proyecto de nueva Constitución rusa, que contiene puntos rechazados de plano por Gorbachov, tales como la competencia de jefe máximo de las Fuerzas Armadas en territorio de Rusia para el presidente de esa república.

El Kremlin ha cambiado de táctica frente al líder ruso y se decanta ahora por el "hundimiento lento", según el politólogo Ígor Kliamkin. Los oponentes de Yeltsin se concentrarán, según Kliamkin, en tres puntos: impedir las modificaciones constitucionales necesarias para la institución presidencial en Rusia, impedir que se firme el Tratado de la Federación de Rusia y no echar a Yeltsin de su cargo, sino hacer que pruebe su capacidad en el trabajo cotidiano. Según Kliamkin, si otras repúblicas, como Kazajstán, experimentan éxitos económicos, la idea de que Moscú impide actuar a Yeltsin se difuminará.

Reacción de Yeltsin

Todo indica que Yeltsin va a actuar muy rápidamente y hoy se dirigirá en Leningrado a los obreros de la gigantesca fábrica Kirov, afectada por la reconversión de la industria militar en civil. Leningrado ha sido visitada en los últimos días por el jefe de Gobierno, Valentín Pavlov, abucheado por los obreros de la Kirov, y el ministro de, Defensa, Dimitri Yazov, que estudió sobre el terreno los problemas de la reconversión bélica, según la agencia Tass.Lev Ponomariov, parlamentario ruso, no descartaba que el Presídium del Sóviet Supremo de Rusia decida convocar elecciones al puesto de presidente de Rusia, aunque éstas no sean "estrictamente constitucionales". El presidente del Sóviet Supremo de Rusia no tiene derecho a disolver el Congreso y convocar nuevas elecciones, según la legislación vigente.

Un total de 172 minas continuaban ayer en paro, según Bela Denisenko, viceministra de Sanidad de la Federación Rusa. En la región de Chitá (Siberia), los buscadores de oro de seis yacimientos decidieron ayer continuar la huelga. El Parlamento ruso aprobó una disposición pidiendo que Pavlov reciba a los mineros.

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