Pöhl critica la unión monetaria alemana y defiende ante la CE la Europa a dos velocidades

La diferencia entre las economías de la CE plantea "el enorme problema de las dos velocidades en la unión monetaria", manifestó ayer en Bruselas Karl-Otto Pühl, presidente del Bundesbank, en su comparecencia ante la Comisión Económica y Financiera del Parlamento Europeo. Pühl puso el ejemplo de la unificación alemana y defendió la necesidad de que Europa opte por una unión monetaria a dos velocidades si no se quiere caer en el error alemán, que criticó con dureza. Además precisó que "a estas alturas no todos los Estados miembros están dispuestos a crear el sistema".

Pöhl se refirió a la...

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La diferencia entre las economías de la CE plantea "el enorme problema de las dos velocidades en la unión monetaria", manifestó ayer en Bruselas Karl-Otto Pühl, presidente del Bundesbank, en su comparecencia ante la Comisión Económica y Financiera del Parlamento Europeo. Pühl puso el ejemplo de la unificación alemana y defendió la necesidad de que Europa opte por una unión monetaria a dos velocidades si no se quiere caer en el error alemán, que criticó con dureza. Además precisó que "a estas alturas no todos los Estados miembros están dispuestos a crear el sistema".

Pöhl se refirió a la cumbre de Roma del 28 de octubre, en la que se acordó que la segunda fase de la unión monetaria, preparatoria de la moneda única, comenzaría el 1 de enero de 1994. La decisión fue que en esta segunda etapa se deberia intensificar la coordinación de las políticas monetarias, desarrollar los procedimientos e instrumentos para llegar a una moneda única, así como el control del fortalecimiento del ecu.Sin embargo, el comunicado final de la cumbre dejaba claro, en su opinión, que las tareas fundamentales del banco central europeo no estarían en marcha al inicio de esta segunda fase. "Estos temas principales han quedado rezagados al menos seis u ocho años, y esto debe quedar claro", dijo. El Gobierno alemán ha propuesto recientemente retrasar la creación del futuro banco central de 1994 hasta, como mínimo, 1997.

La comparecencia de Karl 0tto-PÓhl, en su calidad de presidente de turno del comité de gobernadores de los bancos centrales europeos, no defraudó las expectativas creadas por su conocida teoría de la unión monetaria a dos velocidades. "La particiación plena en la tercera fase de la unión monetaria se producirá en diferentes fechas", subrayó en un momento de su intervención.

Mayor convergencia

Para ilustrar la necesidad previa de una gran convergencia de las economías, Pöhl se refirió a la experiencia vivida con la unificación alemana: "Hemos introducido el marco sin preparación, sin ajuste previo y con un tipo de cambio equivocado. El resultado era previsible y no debemos estar sorprendidos. La parte oriental de Alemania no es competitiva porque ha producido en el pasado los productos equivocados para los mercados equivocados".

"si queremos evitar que todo esto suceda en Europa, donde existen regiones muy heterogéneas, debemos buscar un elevadísimo nivel de convergencia", añadió. Los tipos de cambio fijos deben servir para contener la inflación y dar pie a una libertad total de movimientos de capitales y a unos tipos de interés entre los que no de bería haber diferencias.

El presidente del Bundes bank, como opinión personal puesto que el comité de gobernadores no tiene competencias institucionales sobre el contenido de la segunda fase preparatoria de la unión monetaria, avanzó que "se podría decir que no se necesita la segunda fase". Es decir, basta con que las condiciones para el banco central europeo y la moneda única estén creadas y se produzca la necesaria decisión política. "Los Gobiernos deben tomar esta decisión y los Parlamentos deben decir si están dispuestos a ceder sus derechos o no". Para Pöhl, "no es sólo el Reino Unido quien no ha zanjado esta cuestión básica; otros países, tampoco".

El presidente del Bundesbank explicó el rápido acuerdo que los gobernadores de los bancos centrales han concluido sobre las funciones y el papel del banco central europeo en la fase final. Los cuatro pilares básicos de la política monetaria única son:

1. La política monetaria no es divisible y es necesario que esté centralizada. No puede compartirse entre cuerpos que actúen de forma autónoma y "no hay margen para la diferenciación regional".

2. El objetivo principal del sistema es mantener la estabilidad de precios.

3. Independencia del banco central europeo a la hora de fijar una política monetaria a medio plazo, que no puede estar influenciada por consideraciones de corto plazo.

4. Legitimidad y responsabilidad democrática del banco central europeo, cuyos poderes deben estar definidos.

Las declaraciones de Pöhl causaron gran impacto en los mercados financieros. El marco bajó de golpe más de tres peniques respecto del dólar y en las bolsas de valores se registraron descensos, en especial en Francfort que cayó seis puntos.

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