Cartas al director

Medicina forense

Los médicos en formación de la especialidad de medicina legal y forense queremos hacer saber a la opinión pública que padecemos una situación inaudita. Es monstruoso que desde la Administración se juegue con el destino de profesionales jóvenes, cualificados y motivados, y que por el mero hecho de existir y decirlo se tengan que recibir palos por todas partes. Esto es lo que viene ocurriendo en los últimos dos años.Los ministerios de Sanidad y de Educación crearon, convocaron y seleccionaron a unos especialistas para poder ser un poco más presentables ante la CE, embarcando a unos profesionales...

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Los médicos en formación de la especialidad de medicina legal y forense queremos hacer saber a la opinión pública que padecemos una situación inaudita. Es monstruoso que desde la Administración se juegue con el destino de profesionales jóvenes, cualificados y motivados, y que por el mero hecho de existir y decirlo se tengan que recibir palos por todas partes. Esto es lo que viene ocurriendo en los últimos dos años.Los ministerios de Sanidad y de Educación crearon, convocaron y seleccionaron a unos especialistas para poder ser un poco más presentables ante la CE, embarcando a unos profesionales en un proyecto para inmediatamente dejarlo naufragar antes de divisar el puerto de Itaca en el Ministerio de Justicia. De los Pirineos hacia abajo, nuestra titulación es un lujo asiático, sólo al alcance de quien pueda costeársela a pesar de haber superado una prueba estatal. Es como un ornamento biográfico de esos señoritos literarios que no necesitan trabajar. El Cuerpo Nacional de Médicos Forenses, cual Coloso de Rodas, controla el acceso a las playas decimonónicas donde los jueces recogen cangrejos y erizos entre las rocas para asesorarse en sus sentencias. En las escuelas de medicina legal nos dijeron que éramos una imposición ministerial y que con nuestras trompetas de Jericó habíamos resquebrajado las puertas de sus despachos, la familiaridad y las doctrinas arcaicas. Nosotros hemos seguido entrevistándonos, explicando que existe una ley de especialidades para poder ejercer, contando que somos los únicos estoicos formados oficialmente en la materia, señalando los lugares donde es imprescindible nuestra presencia. Y nada. Tenemos un título para el exilio o el subempleo, ya que en Europa no existen forenses y aquí sobran los especialistas. Recibimos palmaditas en la espalda por gestores cuarentones que alegan alguna afinidad con el Mayo del 68. Y si en nuestros escritos nodejamos títere con cabeza es porque la nuestra ha sido segada hábilmente durante el parto por algunos de nuestros colegas.- y 16 firmas más.

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