Cartas al director

Función pública

Las reivindicaciones de los profesores interinos (estabilidad laboral mediante su ingreso definitivo en la función pública) son perfectamente comprensibles, pero, desde luego, no son justas. Si ciertamente su situación no es muy estimulante, menos lo es la de todos aquellos licenciados en paro que actualmente preparan oposiciones a la enseñanza pública y que se encuentran ante la muy probable perspectiva de enfrentarse con unas pruebas de acceso que, según todos los indicios, favorecerían claramente a los funcionarios interinos.Nuestra Constitución establece que el acceso a la función pública ...

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Las reivindicaciones de los profesores interinos (estabilidad laboral mediante su ingreso definitivo en la función pública) son perfectamente comprensibles, pero, desde luego, no son justas. Si ciertamente su situación no es muy estimulante, menos lo es la de todos aquellos licenciados en paro que actualmente preparan oposiciones a la enseñanza pública y que se encuentran ante la muy probable perspectiva de enfrentarse con unas pruebas de acceso que, según todos los indicios, favorecerían claramente a los funcionarios interinos.Nuestra Constitución establece que el acceso a la función pública debe realizarse en condiciones de igualdad (artículo 23.2) y de acuerdo con los principios de mérito y capacidad (artículo 103.3).

Los profesores interinos pueden alegar como mérito sus años de experiencia docente, pero hay que aclarar que esta circunstancia obedece simplemente al hecho de haber tenido la oportunidad de inscribirse en unas listas de espera para realizar sustituciones que hoy permanecen cerradas.

En contra de lo que se afirmara en esta misma sección (8 de febrero de 1991 ), el colectivo de los profesores interinos sí está pidiendo favores y privilegios. Asi mismo, es un acto de inaudita desvergüenza decir que "este colectivo conoce la profesión docente mejor que cualquiera que supere una prueba eliminatoria".

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Mientras no se encuentre una fórmula mejor, las oposiciones son la única vía de acceso válida a la función pública, y, si los funcionarios interinos están tan bien preparados para el ejercicio de la docencia, no tienen poir qué temerlas.

Finalmente, nos gustaría denunciar la posturade los sindicatos de la enseñanza, a los que, según parece, no les preocupa promover una competencia desleal y unas reivindicaci cines insolidarias. No es de extrañar, pues los licenciados en paro no tienen voto en las elecciories sindicales, ni, por lo que se ve, derecho a competir por un trabajo en condiciones de igualdad.- y 181 firmas más.

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