Tribuna:GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Tierra: algo se mueve

Aun cuando las operaciones aéreas proseguirán sus bombardeos de castigo contra Irak en los próximos días, en las últimas horas fuerzas terrestres de la coalición multinacional han iniciado avances que las aproximan a las posiciones iraquíes. Todo parece indicar que se trata de concentraciones al sur de la frontera de Kuwait con Arabia Saudí, pero también en partes de la frontera de este país con Irak.Las escaramuzas terrestres se iniciaron ya el tercer día de guerra: helicópteros destruyeron unos lanzadores multitubos iraquíes.

El desplazamiento de grandes unidades terrestres a posicion...

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Aun cuando las operaciones aéreas proseguirán sus bombardeos de castigo contra Irak en los próximos días, en las últimas horas fuerzas terrestres de la coalición multinacional han iniciado avances que las aproximan a las posiciones iraquíes. Todo parece indicar que se trata de concentraciones al sur de la frontera de Kuwait con Arabia Saudí, pero también en partes de la frontera de este país con Irak.Las escaramuzas terrestres se iniciaron ya el tercer día de guerra: helicópteros destruyeron unos lanzadores multitubos iraquíes.

El desplazamiento de grandes unidades terrestres a posiciones desde donde lanzar un ataque no implica, sin embargo, que éste sea inminente. Sólo que se está en mejor disposición de lanzarlo.

Desde su invasión de Kuwait el 2 agosto, Sadam Husein ha atrincherado y fortificado sus tropas, buscando una sangrienta guerra de desgaste para cualquiera que intentara liberar ese país. Tal y como le dijo días antes de la invasión a la embajadora norteamericana en Bagdad, April Glaspie, ningún gobierno occidental puede permitirse el lujo de sacrificar a 10.000 de sus ciudadanos, sean soldados o no.

Ahora bien, los aliados no tienen por qué seguirle el juego a Sadam. Es cierto que los movimientos de las tropas británicas a la frontera sur de Kuwait podrían llevar a pensar en un ataque frontal contra las fuerzas iraquíes allí parapetadas. Pero también es verdad que el avance de las norteamericanas al noroeste de ese país puede indicar el deseo de conducir una estrategia de envolvimiento que posibilite una rápida penetración en el suelo de Irak, aislando así las tropas iraquíes desplegadas en Kuwait de sus reservas operativas estacionadas al sur de Basora.

Para ello los aliados creen contar con los medios y las doctrinas adecuadas. En primer lugar, el carro M-1 Abrams, muy veloz y de una gran potencia de fuego; el blindado Bradley M-2, transporte acorazado que permite un movimiento rápido de tropas; así como el apoyo aéreo táctico capaz de eliminar los obstáculos al avance, a cargo, sobre todo, del avión A- 10 y del helicóptero Apache AN-64.

No obstante, a excepción del A-10, matador de carros, ninguno de los otros sistemas ha sido nunca empleado en operaciones reales y muchos expertos señalan graves deficiencias en los mismos. En cualquier caso, el ejército norteamericano cuenta con la integración de la aviación para el desarrollo de sus movimientos terrestres. Hoy prosiguen los bombardeos contra la Guardia Republicana, las tropas de élite de Sadam, y es de esperar que, antes de lanzarse a un ataque, los cazas aliados ablandarán lo más posible las defensas terrestres iraquíes. Entonces será el momento de avanzar. Y por el camino que menos espera Sadam.

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Rafael L. Bardají es director del Grupo de Estudios Estratégicos.

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