Sólo dos vecinos de Martos serán juzgados por el incendio de 42 viviendas gitanas en 1986

La Audiencia Provincial de Jaén juzgará hoy a dos vecinos de Martos, Antonio Espejo Gay y Antonio Espejo Cañada, como únicos autores materiales del incendio de 42 viviendas gitanas ocurrido el sábado 12 de julio de 1986 en esta localidad jiennense. Ese día, al filo de la medianoche, alrededor de 200 marteños enfilaron sus pasos hacia las viviendas de las familias gitanas de Cerro Alto, en el barrio de Fuente de la Villa. La jauría humana, alentada por su propia masa, roció con gasolina las viviendas y les prendió fuego El violento brote de racismo no se cobró víctimas.

Darío Fernánd...

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La Audiencia Provincial de Jaén juzgará hoy a dos vecinos de Martos, Antonio Espejo Gay y Antonio Espejo Cañada, como únicos autores materiales del incendio de 42 viviendas gitanas ocurrido el sábado 12 de julio de 1986 en esta localidad jiennense. Ese día, al filo de la medianoche, alrededor de 200 marteños enfilaron sus pasos hacia las viviendas de las familias gitanas de Cerro Alto, en el barrio de Fuente de la Villa. La jauría humana, alentada por su propia masa, roció con gasolina las viviendas y les prendió fuego El violento brote de racismo no se cobró víctimas.

Darío Fernández, abogado, defensor de las familias gitanas -conocido letrado que se hizo cargo del caso Almería-, ha indicado que "este juicio puede ser injusto, porque se va a juzgar sólo a dos personas en un acto que fue colectivo, por lo que mi capacidad acusatoria en un hecho de esta magnitud va a quedar desproporcionada a la baja". Darío Fernández, pide 17 años de prisión y cuatro meses y un día de reclusión por delito de incendio, para cada uno de los encausados, que actualmente se encuentran en libertad provisional.Por su parte, el fiscal Luis González solicita, en sus conclusiones provisionales, una pena de ocho años de prisión para cada uno de los dos procesados, por un delito de incendio en el que se ignoraba si había personas en el interior de las viviendas en el momento de los hechos. La defensa de los acusados, formada por los letrados Caballero Ruiz y Duro Ortega, solicitan la libre absolución de sus defendidos.

Según fuentes de la fiscalía, muchos de los testigos citados no comparecerán al no haber podido ser localizados. En caso de no producirse la asistencia de algunos testigos será el tribunal quien determine si dicha incomparecencia puede provocar la suspensión del juicio oral. El juicio por el caso Martos está previsto que se prolongue hasta el próximo jueves. Más de 100 testigos están llamados a declarar.

El detonante de los trágicos sucesos surgió cuando un caluroso día de julio, sobre las once de la noche el gitano Manuel Cortés Cortés, apodado El Lolo, de 23 años, coincidió en el bar Mangas de Harina, de Martos, con el payo Francisco Expósito Ortega, de 32 años, e iniciaron una disputa que culminó en reyerta. A la riña se sumaron unas 12 personas más, y se saldó con heridas leves de los contendientes, y la detención, media hora después, de Manuel Cortés El Lolo, que pasó al arresto municipal. Los demás participantes en la disputa no fueron detenidos.

Cuarenta y ocho horas después del incendio de sus viviendas las familias gitanas de Martos, integradas por unas 90 personas, tuvieron que abandonar el pueblo ante el temor de que se desatasen sobre ellos las iras populares. Estos gitanos sin hogar pasaron tres noches a la intemperie fuera de la localidad. La Cruz Roja de Jaén ofreció instalar unas tiendas de campaña en Vado Baena, en la aldea Monte Lope Álvarez, a 13 kilómetros de Martos, para darles albergue. Los vecinos de la aldea se opusieron a ello, y protagonizaron enfrentamientos con las fuerzas de la Guardia Civil impidiendo la instalación de las familias gitanas.

Ante la hostilidad de los aldeanos, y en previsión de nuevos incidentes, la amenaza racista llegó a la localidad de Torredonjimeno, con el traslado de los gitanos a esta localidad. Finalmente, las familias gitanas fueron instaladas provisionalmente en una estación ferroviaria abandonada, denominada Vado Jaén, a unos 11 kilómetros de Martos. La Cruz Roja instaló seis grandes tiendas de campaña en lo que luego se llamó campamento de la vergüenza. Toda la comunidad gitana española quedó conmocionada por los hechos.

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