Requisitos más duros para la creación de universidades privadas en el nuevo decreto

Las universidades de nueva creación, tanto públicas como privadas, deberán garantizar que "al menos el 60% de su profesorado ejerza sus funciones con dedicación a tiempo completo o similar", según el anteproyecto de real decreto de creación y reconocimiento de universidades y centros universitarios. Tal requisito, junto con el relativo al tipo de enseñanzas mínimas a impartir, aumenta el grado de exigencia para la creación de universidades privadas.

De mantenerse la redacción actual del anteproyecto, que el próximo martes será estudiado por el Consejo de Universidades, se recrudecer...

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Las universidades de nueva creación, tanto públicas como privadas, deberán garantizar que "al menos el 60% de su profesorado ejerza sus funciones con dedicación a tiempo completo o similar", según el anteproyecto de real decreto de creación y reconocimiento de universidades y centros universitarios. Tal requisito, junto con el relativo al tipo de enseñanzas mínimas a impartir, aumenta el grado de exigencia para la creación de universidades privadas.

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De mantenerse la redacción actual del anteproyecto, que el próximo martes será estudiado por el Consejo de Universidades, se recrudecerá el actual regimen de incompatibilidades del profesorado universitario. Régimen de incompatibilidades que permite en la actualidad que, en bastantes casos, incluso profesores con dedicación a tiempo completo a una universidad pública estén impartiendo enseñanzas en colegios universitarios de titularidad privada.En este sentido, además de exigir dedicación plena al 60% de la plantilla docente, el anteproyecto establece que el profesorado de las universidades privadas "no podrá ser funcionario de cuerpo docente universitario en situación de activo y destino en una universidad pública".

Ambas exigencias pretenden evitar, según explicaron a este periódico diversas fuentes académicas, que las futuras universidades privadas se sustenten únicamente sobre la práctica de "cierto parasitismo" respecto de las públicas. Ello sucedería, según dichas fuentes, si la parte principal del sostenimiento del personal docente de las nuevas instituciones de enseñanza superior privadas corriera por cuenta de las públicas, al permitir que la mayoría de su profesorado, como sucede actualmente en gran parte de los colegios universitarios no estatales, estuviera compuesto por profesores de la universidad pública. La parte más importante del coste de dicho profesorado -el sueldo base y las prestaciones de la Seguridad Social- seguiría siendo sufragada, en ese supuesto, por las correspondientes administraciones.

Las mismas fuentes explicaron que algunos de los actuales miembros del Consejo de Universidades de designación parlamentaria han sugerido la conveniencia de que el futuro decreto incluya una disposición transitoria que demore durante algún tiempo las condiciones que en materia de personal docente impone el texto del anteproyecto.

Ganar tiempo

La iniciativa de dichos consejeros intenta asegurar a los centros privados actuales la posibilidad de acogerse de inmediato al decreto, mientras tratan de reclutar el mínimo de profesorado que reúna las condiciones impuestas.Otra novedad importante en relación al último anteproyecto conocido (su tramitación se paralizó a raíz de la última disolución de las Cortes) es que las nuevas universidades deberán impartir, como mínimo, las enseñanzas conducentes a la obtención de ocho títulos de carácter oficial. De los ocho, no menos de tres deberán ser de segundo cielo y uno de ellos, al menos, de ciencias experimentales o estudios técnicos.

Dichas fuentes añadieron que los requisitos relativos al profesorado y a la modalidad de enseñanzas "se inspiran en una misma filosofía, compartida por la mayoría de las autoridades académicas de las universidades estatales, y esa filosofía no es otra que la de garantizar la libre competencia, sin que ésta se produzca a costa de nadie".

Con ello se pretende que las iniciativas para la creación de universidades privadas no queden reducidas al ámbito de las enseñanzas de Humanidades o de las Ciencias Sociales de mayor demanda, como Económicas, Empresariales y Derecho, olvidando otros campos de la ciencia y la investigación, simplemente porque requieren una infraestructura más costosa. Es es el caso de las enseñanzas de Física, Química, Biología, Geología, Medicina, Farmacia o Veterinaria y las de cualquier ingeniería superior.

En cuanto a la titulación del profesorado, el anteproyecto fija la misma exigencia para las universidades públicas y privadas: un 30% de doctores para las enseñanzas del primer ciclo (diplomatura) y un 70% de doctores para las del segundo (licenciatura). El profesorado del tercer ciclo (doctorado), deberá estar compuesto en su totalidad por doctores. "En cualquier caso", precisa el anteproyecto, "el total de profesores de la Universidad con título de doctor no podrá ser inferior al 50% de la plantilla.

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