LA CRISIS DEL GOLFO

Bush, contra toda solución que no sea la retirada iraquí

ENVIADO ESPECIAL, El presidente George Bush rechazó ayer tajantemente con cinco palabras inglesas -"No, thank you very much" ("No, muchas gracias")- cualquier salida al conflicto de Golfo que no suponga "una retirada incondicional" de las tropas iraquíes de Kuwait. Preguntado sobre las noticias según las cuales funcionarios iraquíes habían manifestado que Irak estaría dispuesto a retirarse parcialmente del emirato a cambio del control de algunos campos petrolíferos, Bush se mostró pesimista sobre su próxima reunión en Washington con el ministro de Exteriores iraquí, Tarek Aziz.

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ENVIADO ESPECIAL, El presidente George Bush rechazó ayer tajantemente con cinco palabras inglesas -"No, thank you very much" ("No, muchas gracias")- cualquier salida al conflicto de Golfo que no suponga "una retirada incondicional" de las tropas iraquíes de Kuwait. Preguntado sobre las noticias según las cuales funcionarios iraquíes habían manifestado que Irak estaría dispuesto a retirarse parcialmente del emirato a cambio del control de algunos campos petrolíferos, Bush se mostró pesimista sobre su próxima reunión en Washington con el ministro de Exteriores iraquí, Tarek Aziz.

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"No soy optimista", dijo. "No veo ningún indicio de que [el presidente iraquí] Sadam Husein esté dispuesto a aceptar sin condiciones las resoluciones de las Naciones Unidas", manifestó Bush en una conferencia de prensa conjunta en la Casa Rosada con el presidente argentino, Carlos Menem.El presidente norteamericano se estaba refiriendo a las 11 resoluciones sobre Irak aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU desde la invasión y anexión iraquí de Kuwait el pasado 2 de agosto, y, concretamente, a la autorización indiscriminada del uso de la fuerza aprobada por el alto organismo la pasada semana. George Bush, que llegó ayer a Buenos Aires en la tercera etapa de un viaje a cinco países latinoamericanos, volvió a reafirmar que el objetivo de su próxima entrevista con Aziz y el viaje del secretario de Estado norteamericano, James Baker, a Bagdad era advertir a Sadam Husein "cara a cara" que Irak tendrá que enfrentarse a una acción militar si no se retira del emirato.

"Nuestras conversaciones en Washington y Bagdad] se celebrarán dentro del marco de las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas", dijo Bush, quien reafirmó su intención de no hacer "concesiones al agresor". "Debe quedar muy claro una vez más que Irak se tiene que retirar de Kuwait sin condiciones previas y que no se pueden buscar fórmulas para que el agresor encuentre una salida airosa que le permita salvar la cara", añadió.

El último paso

El presidente norteamericano, en una decisión aparentemente aprobada previamente por los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad -Unión Soviética, China, Francia y el Reino Unido- se mostró dispuesto la semana pasada a "dar un último paso" para conseguir una salida pacífica a la crisis del Golfo y ofreció recibir en la Casa Blanca a Tarik Aziz y enviar a Baker a Bagdad antes del 15 de enero, fecha en que vence el ultimátum dado por el Consejo de Seguridad de la ONU a Irak, para entrevistarse con Sadam Husein.

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Bush describió la decisión argentina de enviar dos fragatas al Golfo como un ejemplo de que Sadam Husein no se enfrentaba en esta crisis a Estados Unidos, sino a todo el mundo. "Argentina, único país latinoamericano que ha contribuido con efectivos al despliegue militar en el Golfo, no ha enviado los barcos para ayudar a Estados Unidos, sino como prueba de que está a favor del nuevo orden mundial y del derecho internacional", dijo ante los gestos de asentimiento de Menem, quien rechazó la idea de que su país estuviera tratando de granjearse el favor de Washington.

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