Cartas al director

Minorando el mimo

Como asiduo lector de EL PAÍS, tengo la sensación de que se viene minorando el mimo dedicado a la ortografía española, o castellana, que da lo mismo. Con frecuencia detecto errores causados por la similar pronunciación que de las letra ll e y hacen muchos españoles.El colmo que me lleva a dirigirle estas líneas se refleja en el artículo publicado el 7 de noviembre, referente a las facturas falsas y al fraude del IVA. Se dice textualmente: "Estas facturas se hayaron en un almacén..., aunque otras fuentes señalan que podrían hayarse en un piso de Calafel...".

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Como asiduo lector de EL PAÍS, tengo la sensación de que se viene minorando el mimo dedicado a la ortografía española, o castellana, que da lo mismo. Con frecuencia detecto errores causados por la similar pronunciación que de las letra ll e y hacen muchos españoles.El colmo que me lleva a dirigirle estas líneas se refleja en el artículo publicado el 7 de noviembre, referente a las facturas falsas y al fraude del IVA. Se dice textualmente: "Estas facturas se hayaron en un almacén..., aunque otras fuentes señalan que podrían hayarse en un piso de Calafel...".

Convendrá usted conmigo en admitir una deficiencia en la pronuciación de la letra ll, cuyo origen puede tener causas variadas y excusables, pero es rechazable que se traslade a la escritura, originando, la publicación de palabras inexistentes. De aquí a no saber lo que se escribe media sólo un paso. Obviamente, no debe confundirse "se halla", con el significado de "se encuentra", con "haya", del verbo haber, ni con "haya", del bosque de hayas; ni pollo (cría del ave, especialmente de la gallina), con poyo (banco de piedra arrimado a la pared); ni la acción de rallar (el pan, por ejemplo), con la de rayar (hacer rayas en un papel o donde sea).-

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