Crítica:ROCK

Propios y extraños

Sopa de CabraEl grupo de Gerona, Sopa de Cabra, se presentó en Madrid y su concierto fueron dos, con dos públicos diferentes. El primero, de origen catalán, disfrutó y cantó unos temas que conocía a la perfección, lo cual indica el grado de popularidad del grupo en Cataluña. Por otra parte, ésta era la única referencia con la que contaba el público no catalán.Y en el escenario, Sopa de Cabra mostró a unos y otros cuales son las claves de su éxito. El grupo canta en catalán y practica un rock and roll que bebe de las fuentes de los 70. Fraseos de guitarra de corte clásico introduc...

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Sopa de CabraEl grupo de Gerona, Sopa de Cabra, se presentó en Madrid y su concierto fueron dos, con dos públicos diferentes. El primero, de origen catalán, disfrutó y cantó unos temas que conocía a la perfección, lo cual indica el grado de popularidad del grupo en Cataluña. Por otra parte, ésta era la única referencia con la que contaba el público no catalán.Y en el escenario, Sopa de Cabra mostró a unos y otros cuales son las claves de su éxito. El grupo canta en catalán y practica un rock and roll que bebe de las fuentes de los 70. Fraseos de guitarra de corte clásico introducen los temas y se insertan las estrofas. Su ejecución es siempre correcta y sirven de contrapunto a un desarrollo vocal muy melódico y cercano al del pop.

Gerard Quintana (voz), Joan Cardona (guitarra), Josep Thió (guitarra), Francesc Lisicic (bajo), Pep Bosch (batería)

Aforo: 300 personas. Entrada gratuita. Sala Ya'stá. Madrid, 14 de noviembre.

Sopa de Cabra combina acelerados rockanroles con temas de tiempo medio. Y es en este último terreno donde se muestran más personales e inspirados. Provocada por una asunción excesiva de elichés rockeros, cierta monotonía se apoderó de determinados momentos del concierto, pero las baladas de Sopa deCabra demostraron que el grupo posee ideas no extentas de elegancia en su ecución. En este sentido fueron sobrios en los punteos de guitarra y utilizaron con acierto el recurso de los coros vocales.

El grupo se internó en un par de ocasiones en ritmos síncopados de reminiscencias afro. El batacazo fue considerable y evidenció no tener las ideas muy claras en lo referente a aventuras extrae stil ísticas. De vuelta a lo suyo, el recital transcurrió entre el fervor de un publico cantarín -los propios-, y el interés decreciente del resto.

Afectados por el desconocimiento de las canciones y por el excesivo conocimiento de la manera en que éstas eran ejecutadas, los extraños estaban en un dilema que ya acompañó los inicios de otras manifestaciones de rock periférico -por ejemplo el vasco-, y que hoy parece aquejar al incipiente rock hecho en catalán.

En el caso de Sopa de Cabra, sus propuestas se sitúan cercanas a las que a finales de los 70 popularizaron bandas como Tequila y Burning y no conviene a este grupo de Gerona permanecer en terrenos acotados que hoy dominan con suficiencia. Pueden instalarse en el más amplio ámbito del rock intemporal al que homenajearon mediante un tema de Led Zeppelin, y en el que conseguirían la admiración de unos y otros, propios y extraños.

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