El Grupo Socialista respalda la cláusula de salvaguardia pedida para los fertilizantes

El Grupo Parlamentario Socialista se alineó ayer con el Ministerio de Industria en la polémica entablada entre este departamento y el de Agricultura sobre la solicitud de cláusula de salvaguardia para el sector de fertilizantes, a la que se opone el ministerio de Carlos Romero. El portavoz socialista pidió también que el BCI renegocie la deuda para aminorar los gastos financieros.

El Partido Socialista fue el que había pedido la comparecencia ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados del director general de Industria, Mariano Casado, para tratar esta cuestión monográfi...

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El Grupo Parlamentario Socialista se alineó ayer con el Ministerio de Industria en la polémica entablada entre este departamento y el de Agricultura sobre la solicitud de cláusula de salvaguardia para el sector de fertilizantes, a la que se opone el ministerio de Carlos Romero. El portavoz socialista pidió también que el BCI renegocie la deuda para aminorar los gastos financieros.

El Partido Socialista fue el que había pedido la comparecencia ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados del director general de Industria, Mariano Casado, para tratar esta cuestión monográficamente. Casado hizo una referencia a la historia de la larga reconversión de fertilizantes, cuyo origen data de 1983, para después precisar que su culminación pasa por el desarrollo del plan de viabilidad presentado por las empresas FESA y Enfersa, propiedad ambas del grupo Ercros. En Enfersa, el INI ostenta el 20% y tiene previsto vendérselo a Ercros.Este plan de viabilidad se centra, principalmente, en el cierre de seis plantas y en la reducción de la plantilla en 2.300 personas. El plan supone unas inversiones de 14.000 millones de pesetas y el compromiso, adquirido con los sindicatos, de recolocar a los empleados que no se acojan a bajas incentivadas o a jubilaciones anticipadas.

Industria se encuentra negociando en la actualidad con Bruselas dicho plan de viabilidad, que lleva implícito, como punto fundamental, la obtención de una cláusula de salvaguardia que limite las importaciones de fertilizantes en España hasta finales de 1991. Según los planteamientos, la cláusula situaría las importaciones a un 20% sobre el total del mercado interno sobre un porcentaje que se sitúa en torno al 35% en la actualidad. La cláusula afecta directamente a productos nitrogenados, complejos y DAP (complejo especial).

Esta cláusula, que tiene el precedente de otra sobre la urea que duró cuatro años desde que entró España en la CE, se completaría con el aplazamiento de la deuda contraída con el Banco de Crédito Industrial (BCI), que asciende a unos 14.000 millones de pesetas.

Negociaciones

Las negociaciones, que en estos momentos, están en curso, aunque se encuentran algunos impedimentos, que comienzan dentro mismo de España. En concreto, la propuesta defendida por el Ministerio de Industria ante la sede de la CE en Bruselas no es considerada como conveniente en el Ministerio de Agricultura. Alguno de los argumentos de los agricultores, compartidos por el Ministerio, es que desde hace varios años los inversores kuwaitíes de KIO vienen recibiendo un apoyo incondicional por parte de la Administración.

A pesar de ello, hay que tener en cuenta, según se expresó ayer por parte de los parlamentarios, que el sector de fertilizantes necesita el espaldarazo definitivo para terminar la reconversión. Casado basó sus argumentos, precisamente, en el aumento de las importaciones y dijo que en los últimos cuatro años se había pasado de una superávit de 350.000 toneladas a un déficit actual de 825.000 toneladas. Asimismo, subrayó que las ventas por dumping alcanzaban casi el 40% del mercado.

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