Entrevista:

"La lengua ayuda a mantener los prejuicios sexistas"

Tiene 34 años y aspecto de progre del Mayo del 68. Uwe Kjaer, profesor de Filología Hispánica en la Universidad de Odense (Dinamarca), cree que en castellano la propuesta más realista para terminar con el sexismo en el lenguaje es feminizarlo, aunque admite que existe más de un camino. Kjaer, que afirma que el lenguaje es una de las pocas cuestiones en las que influyen decisivamente la sociedad y la política, estuvo en Valencia para participar en las Jornadas Internacionales de Coeducación.

Con un discurso tranquilo y pausado, Uwe Kjaer explica que el lenguaje es una de las pocas cuesti...

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Tiene 34 años y aspecto de progre del Mayo del 68. Uwe Kjaer, profesor de Filología Hispánica en la Universidad de Odense (Dinamarca), cree que en castellano la propuesta más realista para terminar con el sexismo en el lenguaje es feminizarlo, aunque admite que existe más de un camino. Kjaer, que afirma que el lenguaje es una de las pocas cuestiones en las que influyen decisivamente la sociedad y la política, estuvo en Valencia para participar en las Jornadas Internacionales de Coeducación.

Con un discurso tranquilo y pausado, Uwe Kjaer explica que el lenguaje es una de las pocas cuestiones en la que influyen decisivamente la sociedad y la política. "Es frecuente que la gente piense que el lenguaje no tiene nada que ver con la realidad. Se piensa en él como algo autónomo. Pero después te das cuenta que en la gramática hay ciertos aspectos que no son fijos. En el género gramatical o en el género social encuentras cosas que tienen que ver mucho con la política. Y éstas son las cuestiones que realmente me interesan".Para este filólogo, de unos dos metros de altura, como corresponde al tópico de su nacionalidad danesa, no existe la menor duda dé que "la lengua ayuda a mantener los prejuicios sexistas". Kjaer es consciente de que en el movimiento feminista existen actualmente diferentes posturas: una que aboga por feminizar el lenguaje, y otra que prefiere que sea neutro.

"No existe sólo un camino para llegar a un lenguaje no sexista. Hasta hora se ha estudiado lo que se ha hecho en inglés, que no tiene género gramatical y por lo tanto resulta fácil utilizar el neutro. Sin embargo yo recomendaría ver lo que pasa con el alemán, ya que como el castellano sí que tiene género, aunque a veces sea necesario emplear términos neutrales. Aunque el castellano es complicado, plantea la ventaja de que puedes concretar. Por otra parte, si feminizas el lenguaje llamas la atención y luego puedes actuar. Además es importante pensar en los prototipos: todas las palabras femeninas tienen la terminación a, y este prototipo influye en la creación de nuevas palabras".

Transformación difícil

Uwe Kjaer, que actualmente está terminando su tesis doctoral sobre el lenguaje no sexista y el cambio lingüístico, considera que las transformaciones en el lenguaje no van a ser admitidas fácilmente. "En nuestra sociedad existen muy pocos espacios o lugares en los que el sexo no desempeñe un papel importante. Ahora bien, a través del lenguaje puedes, precisar, y por tanto sensibilizar, a la sociedad. A través del lenguaje se debe ver la diferencia entre varón y mujer". "Es necesario", añade el filólogo danés, "hacer visible a la mujer, que no desaparezca en el discurso. Pero la Real Academia Española de la Lengua no va aceptar fácilmente estas propuestas".En pocos meses Uwe Kjaer tendrá los resultados de una encuesta con la que intenta medir el grado de aceptación de algunas formas y expresiones gramaticales que se encuentran entre una gramática tradicional y un lenguaje innovador. "Quiero ver las tendencias. La aceptación que tienen estos cambios en la gente mayor y en los jóvenes", insistía Kjaer en las Jornadas de Coeducación organizadas por el Institut Valencià de la Dona.

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