Hallazgo en Milán de nuevos documentos sobre el asesinato de Aldo Moro

El hallazgo en Italia, al parecer fortuito, de armas, municiones y documentos de las extintas Brigadas Rojas ha devuelto a la opinión pública de este país el recuerdo del conocido internacionalmente como caso Moro (el líder democristiano italiano secuestrado y posteriormente asesinado por los terroristas). Un temblor nervioso se percibe en la clase política, empezando por la Democracia Cristiana, el partido que presidía Aldo Moro cuando se produjo la tragedia en mayo de 1978.

El revuelo se despertó en Italia con el descubrimiento de un nuevo arsenal, dinero y sobre todo 418 páginas ...

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El hallazgo en Italia, al parecer fortuito, de armas, municiones y documentos de las extintas Brigadas Rojas ha devuelto a la opinión pública de este país el recuerdo del conocido internacionalmente como caso Moro (el líder democristiano italiano secuestrado y posteriormente asesinado por los terroristas). Un temblor nervioso se percibe en la clase política, empezando por la Democracia Cristiana, el partido que presidía Aldo Moro cuando se produjo la tragedia en mayo de 1978.

El revuelo se despertó en Italia con el descubrimiento de un nuevo arsenal, dinero y sobre todo 418 páginas de documentos, muchos de ellos escritos de puño y letra de Moro, hace 12 años, cuando era prisionero de las Brigadas Rojas, que terminaron por procesarle y asesinarle.Lo que ocurre ahora es, como todo lo que ha rodeado la historia de Moro -de su secuestro y asesinato-, un cúmulo de misterios que complica, aún más si cabe, el intrincado caso Moro, especialmente conocido por sus muchos interrogantes, silencios y contradicciones.

Lo primero que es necesario saber es si de esas 418 páginas, todas ellas fotocopias del original, hay algo inédito, lo que obligaría forzosamente a replantear todo el caso.

En segundo lugar, el descubrimiento, llevado a cabo en el escondite de las Brigadas Rojas de la calle Montenevoso de Milán, donde fueron detenidos en su día tres de los máximos dirigentes brigadistas -Nadia Mantovani, Lauro Azzolini y Franco Bonisoli, estos dos últimos, en libertad vigilada en la actualidad-, parece dar la razón a los brigadistas, quienes durante los interrogatorios de su proceso denunciaron la desaparición de "documentos y dinero" de su guarida en Milán.

La policía fue alertada por el nuevo propietario de la vivienda, que al llevar a cabo una obras de remodelación encontró el escondite camuflado tras un falso tabique debajo de una ventana. Allí se hallaron 60 millones de liras (unos seis millones de pesetas), el material íntegro del interrogatorio a que fue sometido Moro por los terroristas, durante sus 55 días de cautiverio, y numerosas cartas y documentos firmados por él que fueron remitidos a dirigentes políticos y religiosos italianos.

La pregunta que se hacen los expertos en el tema es cómo es posible que decenas de policías, desde expertos en criminología hasta especialistas en terrorísmo, jueces y equipos de detección con rayos X no descubrieran el rudimentario escondrijo que ha visto la luz con el primer golpe de piqueta.Hay, además, un dato a tener en cuenta por su sorprendente coincidencia. El mismo día del descubrimiento de Milán, salían a la calle en libertad vigilada los dos máximos exponentes en relación con el caso Moro, Valerio Morucci y Adriana Faranda. Hay otra curiosidad en todo ello. El descubrimiento se hacía público en el mismo momento y hora en que Achílle Occhetto anunciaba el cambio de nombre y símbolo del viejo partido comunista. Otra vez el devenir del comunismo italiano -cuyo partido ya no se llama ni comunista ni socialista- queda unido al caso Moro. La transformación del PCI de Enrico Berlinguer que abría la posibilidad de colaborar con los católicos progresistas (el compromiso histórico) pudo costarle la vida a Moro.

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