Crítica:ROCK

Cualidades insuficientes

Los componentes de Hothouse Flowers son irlandeses de pura cepa, aunque en su presentación en Madrid demostraron que su música no se ciñe a lo tradicional, excepto en contados momentos. La raíz de la música popular, su aire y su ambiente planearon durante todo el recital, aunque de una manera sutil, casi imperceptible.El grupo ha tenido una carrera breve, intensa y algo desconcertante. Publicó su primer disco en 1987, participó en el festival de Eurovisión en 1988 y gozó de la protección de Bono y Daniel Lanois -cantante y productor de U2, respectivamente- en 1989. Con esta tarjeta de presenta...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los componentes de Hothouse Flowers son irlandeses de pura cepa, aunque en su presentación en Madrid demostraron que su música no se ciñe a lo tradicional, excepto en contados momentos. La raíz de la música popular, su aire y su ambiente planearon durante todo el recital, aunque de una manera sutil, casi imperceptible.El grupo ha tenido una carrera breve, intensa y algo desconcertante. Publicó su primer disco en 1987, participó en el festival de Eurovisión en 1988 y gozó de la protección de Bono y Daniel Lanois -cantante y productor de U2, respectivamente- en 1989. Con esta tarjeta de presentación y el prestigio de Liam O'Maonlai como virtuoso del bodhran (tradicional pandero irlandés golpeado con un mazillo), Hothouse Flowers ofreció una discreta actuación.

Hothouse Flowers

Liam O'Maonlai (voz, teclados, guitarra, bodhran, armónica), Fiachna O'Braonain (guitarra, coros), Peter O'Toole (bajo, coros), Jerry Fehily (batería), Led Barnes (saxo, órgano, coros). Aforo: 500 personas. Precio: 1.500 pesetas. Sala Universal Sur. Madrid,1 de octubre.

A excepción de Liam O'Maonlai, auténtico eje sobre el que gira el grupo, los irlandeses de Hothouse Flowers no son músicos brillantes. Led Barnes cumple con el saxo, aunque abusa de los sobreagudos; Peter O'Toole es un enérgico bajista que castiga las cuerdas hasta romperlas. a pares; Jerry Fehily no aporta nada original en la batería, y Fiachna O'Braonain es un guitarrista mediocre. Pero allí estaba O'Maonlai para capear el temporal.

Con una energía encomiable, el cantante salvó el recital con profesionalidad, ganas y buen hacer. Machacó el piano con sus acordes, mostró una excelente voz y con el bodhran hizo virguerías cuando le dejaron solo. Sus canciones son monótonas y carentes de la inspiración de otros músicos irlandeses, aunque mantiene intensidad, densidad y algo de lirismo.

Desarrollando unos arreglos elementales, Hothouse Flowers ofreció un recital lineal, sin apenas matices ni timbres. Alcanza ron sus mejores momentos en las canciones más lentas, especial mente cuando Liam O'Maonlai se acercó a la música tradicional irlandesa cantando en gaélico, con el único acompañamiento del piano, un tema emocionante. El resto no aportó nada nuevo, porque la entrega escénica y la energía interpretativa son cualidades esenciales y necesarias para todo buen músico, pero in suficientes para ofrecer un recital con aportaciones originales.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En