Justicia dispersa a los maximos dirigentes de los GRAPO

Los cuatro máximos dirigentes de los GRAPO, que permanecían en huelga de hambre y hospitalizados en la cárcel de Carabanchel, fueron dispersados ayer a distintos penales tras recibir el alta médica, según fuentes penitenciarias. Sus abogados aseguran que el traslado obedece a que su estado de salud ha empeorado y se les ha enviado a prisiones donde se les puede alimentar por la fuerza.

La orden de traslado de los únicos grapos en huelga de hambre ingresados desde el 8 de junio en el hospital Penitenciario de Carabanchel (Madrid) se ejecutó a las diez de la mañana de ayer, según la v...

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Los cuatro máximos dirigentes de los GRAPO, que permanecían en huelga de hambre y hospitalizados en la cárcel de Carabanchel, fueron dispersados ayer a distintos penales tras recibir el alta médica, según fuentes penitenciarias. Sus abogados aseguran que el traslado obedece a que su estado de salud ha empeorado y se les ha enviado a prisiones donde se les puede alimentar por la fuerza.

La orden de traslado de los únicos grapos en huelga de hambre ingresados desde el 8 de junio en el hospital Penitenciario de Carabanchel (Madrid) se ejecutó a las diez de la mañana de ayer, según la versión familiar. A esa hora abandonaron el hospital en donde llevaban 112 días.

Fernando Hierro Chomón fue conducido a la cárcel de Málaga. Chomón atravesó a comienzos del verano por una fase que los familiares consideraron terminal -llegó a pesar menos de 40 kilos-. Un portavoz de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias se limitó ayer a comunicar que el traslado se debía a que los cuatro presos habían recibido el alta médica.

Los otros tres grapos que abandonaron Carabanchel son Francisco Brotons Beneyto, enviado a Almería; José María Sánchez Casas, trasladado a la cárcel del Puerto de Santa María II, y José Balmón Castell, encarcelado ahora en Sevilla II.

La abogada Francisca Villalba, que defiende a varios de los grapos en huelga de hambre desde hace 270 días, manifestó que la salud de los hospitalizados, tras la última visita que realizó el pasado lunes, había empeorado y señaló que José María Sánchez Casas continuaba padeciendo alucinaciones. De los 60 presos de los GRAPO que comenzaron en noviembre de 1989 la huelga de hambre en contra de la dispersión iniciada por Justicia, 38 continúan la protesta. Algunos han abandonado y retomado la protesta en distintos momentos.

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