Tribuna:LA POLÉMICA SOBRE EL CONTROL DE LOS CONTRATOS

No hay para tanto

Tras expresar el apoyo a la ley que el Congreso va a debatir sobre la mayor información de los contratos a los sindicatos, el autor se queja de lo que considera una discriminación hacia los cuadros, ejercida tanto por parte de las centrales mayoritarias como de la patronal CEOE

No cabe la menor duda. La futura ley, que las Cortes deben debatir este mes de septiembre, ha conseguido encender una polémica que, a nuestro juicio, resulta francamente desorbitada. ¿Es buena esta ley? ¿Es mala? ¿Dónde está la verdad? Sin ánimo de arrogarnos la posesión de ese término tan tergiversado en nuestro...

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Tras expresar el apoyo a la ley que el Congreso va a debatir sobre la mayor información de los contratos a los sindicatos, el autor se queja de lo que considera una discriminación hacia los cuadros, ejercida tanto por parte de las centrales mayoritarias como de la patronal CEOE

No cabe la menor duda. La futura ley, que las Cortes deben debatir este mes de septiembre, ha conseguido encender una polémica que, a nuestro juicio, resulta francamente desorbitada. ¿Es buena esta ley? ¿Es mala? ¿Dónde está la verdad? Sin ánimo de arrogarnos la posesión de ese término tan tergiversado en nuestros. días, sí quisiéramos contribuir a clarificar la opinión de algunos ciudadanos.Conviene diferenciar claramente entre el contenido de la ley y el decreto que la regula. La ley, que sí se debatirá en, las Cortes, tiene como elemento positivo y de indudable valor la incorporación de todos los representantes de los trabajadores (comités de empresa y secciones sindicales) a la lucha contra el fraude existente con determinadas fórmulas de contratación y los finiquitos de las mismas.

Sin embargo, el decreto ley circunscribe únicamente a los sindicatos mayoritarios -no a todos los representantes de los trabajadores- las facultades de participación, control y desarrollo de esta lucha contra el fraude.

Es evidente la nueva concesión del Gobierno a los sindicatos mayoritarios y la sibilina forma de colar una ley, que parece potenciar a todos los sindicatos y que las Cortes aprobarán, para luego redirigirla a favorecer sólo a los de siempre.

Lamentablemente, nuestros parlamentarios no parecen reparar en la labor de continuo acoso y derribo del pluralismo sindical que lleva a cabo el Gobierno en beneficio de CC OO y UGT para paliar su pérdida de imagen ante los trabajadores.

Si el Estatuto de los Trabajadores y la Ley Orgánica de Libertad Sindical se desarroflaran debidamente en cuanto a la participación de los trabajadores en la empresa y sus correspondientes fórmulas, creemos que se podría avanzar sobremanera en aspectos de mayor trascendencia que la copia del contrato que nos ocupa.

¿Por qué no se desarrolla el artículo 64 del Estatuto de los Trabajadores?

La respuesta resulta evidente porque tanto la patronal CEOE como los sindicatos de clase siguen cada uno en su trinchera, de la que sólo salen para tratar de ganar un palmo de terreno al otro. Criterio que resulta ya caduco en nuestros días, pero triste realidad.

Junto a ellos está un Gobierno que,debe desarrollar una labor de excesiva mediación, forzado por las circunstancias. El intervencionismo ya no sirve, porque entorpece, dilata e impide avances en las relaciones laborales y en algo tan candente en nuestros días como es la modernización del sistema productivo y la competitividad.

Va a resultar muy difícil que desde las trincheras antes enunciadas se llegue a los pactos de competitividad que reclama enero de 1993. Tememos que el decretazo desde el Ministerio de Economía se haga realidad.

El diálogo

Ésta sí que nos parece una cuestión fundamental para el país sobre la que poco o muy poco se avanza. Y,mientras sigan estas actitudes de los sindicatos tradicionales de clase, ya caducos, y una patronal también periclitada en bastantes actuaciones, como en la que aludimos de los contratos, estaremos seriamente preocupados por nuestro futuro.

Los cuadros podemos dar fe y pruebas de la falta de diálogo de la patronal con nuestro colectivo, debido a la actitud de la CEOE y pese a nuestras reiteradas demandas en tal sentido.

Está claro que, tal como dice CEOE, en Europa no existe pa rangón de una ley como ésta. Pero no es menos cierto que en la CE existe una notable participación sindical en todo lo referente a la contratación, que se debate y se acuerda en el propio seno de las empresas. Sin traumas y con espíritu de diálogo.

Y no resulta menos real el entorpecimiento de la CEOE a la negociación de la participación de todos los trabajadores, cuadros incluidos, en las empresas.

No se puede aludir a que es difícil dar participación a unos sindicatos politizados como CC OO y UGT, porque cuando un sindicato exclusivamente profesional como la Confederación de Cuadros pide establecer un diálogo no recibe ninguna contestación desde la CEOE.

En definitiva, para los cuadros resulta innecesaria una polémica como la del control de los contratos, porque esta ley y el decreto que la desarrolla no tienen la trascendencia de la que se pretende revestir, ya que:

- No crea ni favorece el empleo, verdadero nudo gordiano del problema.

- No potencia las facultades de la Inspección de Trabajo, lo que es necesario, evidentemente.

- Parece una mera concesión política de este Gobierno a los sindicatos mayoritarios, en detrimento del resto de opciones.

- No garantiza ni la discreción ni la no utilización partidista de los datos de los contratos, y en esta vía puede perjudicar, entre otros, al colectivo de los cuadros.

Por todo ello solicitaríamos mayor atención hacia los problemas fundamentales que tenemos a la vuelta de la esquina, y para los que es ineludible el arrinconamiento de las trincheras de la CEOE, CC OO y UGT, y un mayor grado de participación de toda la sociedad española.

Porque somos muchos, empresarios y trabajadores, los que estamos en desacuerdo con la actuación que los representantes sociales están llevando a cabo, y a los que no se nos facilitan cauces de expresión de nuestras ideas por parte de un Gobierno al que nada parece interesarle esa parcela de vertebración de la sociedad española.

es secretario general de la Confederación de Cuadros.

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