La esencia

Pizarral / Litri, Camino, Aparicio

Cinco toros de El Pizarrall y 1º sobrero de Osborne Domecq en sustitución de uno del hierro anunciado devuelto por inválido, desiguales de presentación, mansotes, flojos y sospechosos de pitones. Litri: pinchazo y descabello (ovación); pinchazo bajísimo (silencio), Rafi Camino: pinchazo, pinchazo hondo bajo y descabello (ovación); estocada desprendida (oreja). Julio Aparicio. pinchazo, estocada atravesada y tres descabellos (silencio); estocada delantera (vuelta). Plaza de Albacete, 16 de septiembre. Octava cor...

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Pizarral / Litri, Camino, Aparicio

Cinco toros de El Pizarrall y 1º sobrero de Osborne Domecq en sustitución de uno del hierro anunciado devuelto por inválido, desiguales de presentación, mansotes, flojos y sospechosos de pitones. Litri: pinchazo y descabello (ovación); pinchazo bajísimo (silencio), Rafi Camino: pinchazo, pinchazo hondo bajo y descabello (ovación); estocada desprendida (oreja). Julio Aparicio. pinchazo, estocada atravesada y tres descabellos (silencio); estocada delantera (vuelta). Plaza de Albacete, 16 de septiembre. Octava corrida de feria. Lleno.EMILIO MARTÍNEZ, Albacete

Julio Aparício destapó el frasco de las esencias, con cuentagotas, eso sí,-y los efluvios que subían del rubio albero olían a gloria. El resto de su actuación fue desigual, pero aún así demostró también una bizarría y entrega hasta hace poco desconocidas. Con la esencia pareció asomarse al abono la trampa del afeitado, pues a diferencia de lo sucedido hasta ahora, los mochos pitones cantaban presunta visita barberil. Casualmente, en el cartel había dos diestros, Camino y Aparicio, apoderados por la empresa.

La esencia que derramó Aparicio la repartió a partes iguales con la sarga ante sus dos bicornes. En el tercero se lució con el percal al recibirlo con dos verónicas de sensación, como lo fueron las que alboreó en el quite. Después prendió su escaso celo y lo cimbreó al inicio de la faena con dos redondos purísimos, intercalando sabrosos trincherazos. Pero las pocas fuerzas del bicho le hicieron tirar algún leve derrote. Consecuencia, toro y espada se descompusieron. En el cinquenio último Aparicio había perdido los papeles hasta que sorprendió al cotarro. Plantó cara al manso y le extrajo nuevos naturales plenos de arte y algún redondo, de belleza sin mácula.

Camino se acercó a las esencias cuando, tras ir a la deriva con el quinto, imprimió varios carteles de toros en un par de series de naturales larguísimos y sentidos, antes de volcarse en un estoconazo hasta los gavilanes. El agotamiento con que llegó el segundo a la muleta impidió a Camino otra cosa que algún retazo suelto.

Litri intentó participar en este banquete aromático, pero su estilo tosco y codíllero lo imposibilitó, pese a su valentía. Salió enchufado a la red eléctrica en el cuarto, y con sus trallazos aburrió a toro y espectadores.

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