Una cirugía agradecida

Nuevos tipos de lentes intraoculares sustituyen a las gafas en las operaciones de cataratas

Las viejas gafas de gruesos cristales dejan de ser la inevitable secuela de una operación de cataratas. Tras el desarrollo de lentes intraoculares, hace 40 años, investigadores suecos han presentado en Dublín nuevos modelos biocompatibles que frenan el rechazo al implante de un sucedáneo del cristalino. En el futuro podría utilizarse un líquido viscoso de similares características a la lente natural, sobre el que se trabaja en la clínica Barraquer. Todo para mejorar la rehabilitación de una cirugía, en sí misma agradecida, a la que se someten 60.000 españoles al año.

La primera reac...

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Las viejas gafas de gruesos cristales dejan de ser la inevitable secuela de una operación de cataratas. Tras el desarrollo de lentes intraoculares, hace 40 años, investigadores suecos han presentado en Dublín nuevos modelos biocompatibles que frenan el rechazo al implante de un sucedáneo del cristalino. En el futuro podría utilizarse un líquido viscoso de similares características a la lente natural, sobre el que se trabaja en la clínica Barraquer. Todo para mejorar la rehabilitación de una cirugía, en sí misma agradecida, a la que se someten 60.000 españoles al año.

La primera reacción del paciente operado de cataratas es siempre la misma: ¿cómo he podido vivir en un mundo de oscuridad?, suele preguntarse. Sorprende el brillo de los colores, la recuperación de los contornos. A veces, de forma menos halagadora, descubrir que uno tiene más arrugas de las que imaginaba, como narra Stephen Obtsbaum, director de Oftalmología del hospital Lenox Hill, de Nueva York, y ex presidente de la Sociedad Americana de Catarata y Cirugía Refractiva.Obtsbaum participó el pasado fin de semana, en Dublín junto a 350 oftalmólogos de todo el mundo, en una reunión sobre los nuevos avances en cirugía de cataratas. Esta enfermedad, caracterizada por una opacificación del cristalino (lente natural del ojo), es una de las principales causas de ceguera en personas de más de 65 años y aparece asociada al pro ceso natural de envejecimiento. La cirugía es hoy por hoy su único tratamiento, aunque existen varias tentativas para encontrar una solución farmacológica.

La intervención consiste en extirpar el cristalino enfermo, que bloquea la entrada de luz a la retina. Su función será sustituida posteriormente por unas gruesas gafas, lentes de contacto y, desde hace cuatro décadas, mediante la implantación de lentes intraoculares.

Tecnología y aprendizaje

Este último sistema está plenamente introducido en Estados Unidos, donde más de un millón de personas se operan anualmente de cataratas. "Apenas llegan al 10% las intervenciones sin implante de lente intraocular", asegura Obtsbaum.El implante de lente intraocular empieza a extenderse en los hospitales españoles, que ya disponen de tecnología apropiada para ello. Los medios técnicos y el aprendizaje constituyen piezas esenciales para asegurar el éxito de la operación, segun explica Rafael Barraquer. Este especialista, tercera generación de una prestigiosa familia de oftalmólogos, no descarta que la prudencia demostrada por su padre haya retrasado la penetración de este sistema quirúrgico en España.

Sólo el perfeccionamiento de las lentes ha convencido a los responsables de la clínica Barraquer para volver a utilizarlas apenas hace un año. "Mi padre fue uno de los pioneros y más entusiastas introductores de esta técnica en Europa, pero aparecieron graves riesgos, derivados de la introducción de un cuerpo extraño en el ojo, que le hicieron desistir". Barraquer se refiere a las reacciones posoperatorias, de graves consecuencias para el paciente.

El nuevo material propuesto en Dublín por investigadores suecos ofrece un avance importante en la solución de estas dificultades. Se trata de una lente intraocular de superficie modificada, con una sustancia denominada heparina que la hace biocompatible.

Los primeros estudios clínicos, efectuados en la RFA, Suecia, el Reino Unido y España, confirman que la lente modificada provoca una reacción sensiblemente menor a un cuerpo extraño en el ojo que las convencionales.

Stephen Obtsbaum reconoce los buenos resultados obtenidos por los médicos europeos con este tipo de material, que considera "la primera tentativa para conseguir lentes biocompatibles". Rafael Barraquer también admite los primeros datos. "La presentación demuestra, en cualquier caso, que añadir heparina a la lente no representa un riesgo añadido", afirma, pero añade con heredada cautela que "habrá que esperar para demostrar cuál es el grado de relevancia clínica".

Siliconas

La clínica Barraquer participa en un proyecto denominado Phaco-Ersatz, experimentado hasta ahora en animales, similar a otras líneas de investigación abiertas en Japón y en Estados Unidos. En este caso el sucedáneo de la lente natural es un líquido viscoso de la familia de las siliconas que, una vez introducido en el lugar del cristalino, responde con las mismas características que éste en acomodación e índice de refracción. La operación consiste en extraer el cristalino enfermo a través de un orificio de un milímetro e inyectar la silicona en su lugar.Quedan por resolver, advierte el oftalmólogo catalán, importantes problemas relacionados con el epitelio que rodea la superficie anterior del cristalino, que podría proliferar y reproducir una catarata secundaria.

El método de extracción de la lente natural también plantea dificultades cuando se trata de una catarata senil de núcleo duro, que haría necesaria la utilización de un perfeccionado láser para fragmentarlo.

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