"¡Eh, tú, negro!"

'Las cartas de Alou', primera película sobre los inmigrantes africanos en España

"¡Eh, tú, negro!" era, hasta hace poco tiempo, un insulto lejano para los españoles. Lo oíamos sólo en las películas norteamericanas Hoy, con el asentamiento de inmigrantes africanos en España, se ha convertido en una frase muy común en zonas como Almería, el Maresme y Madrid. La vida de estos africanos, que nutre de noticias los periódicos, ha sido, por vez primera, llevada al cine español. Las cartas de Alou, dirigida por Montxo Armendáriz y producida por Elías Querejeta, se presentará el próximo día 26 en la sección oficial del Festival de San Sebastián y se estrenará en octubre.

...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"¡Eh, tú, negro!" era, hasta hace poco tiempo, un insulto lejano para los españoles. Lo oíamos sólo en las películas norteamericanas Hoy, con el asentamiento de inmigrantes africanos en España, se ha convertido en una frase muy común en zonas como Almería, el Maresme y Madrid. La vida de estos africanos, que nutre de noticias los periódicos, ha sido, por vez primera, llevada al cine español. Las cartas de Alou, dirigida por Montxo Armendáriz y producida por Elías Querejeta, se presentará el próximo día 26 en la sección oficial del Festival de San Sebastián y se estrenará en octubre.

"Supongo que la razón por la que el cine español no suele mostrar problemas reales de la sociedad está en que se piensa que sólo es rentable lo que trata de diversión y frivolidad. Mi razón personal para llevar al cine la situación de los inmigrantes africanos en España (que en el último año se ha destapado pero cuando yo empecé, hace dos, no se hablaba tanto), está en que conocí a africanos que vivían de vendores ambulantes en Pamplona", explica Armendáriz."Hice amistad con ellos y comencé a plantearme qué pintaba esta gente aquí. A través de ellos contacté con nucleos mucho mayores de africanos repartidos por todo el estado español, conviví con ellos durante tres meses grabando sus experiencias en vídeo y, de esta manera, nació el esqueleto y hasta los protagonistas de lo que luego convertiríamos en una película de ficción pero basada en la más absoluta realidad".

Así, Las cartas de Alou, con guión del propio director -anteriormente realizó Tasio y 27 horas-, refleja el recorrido de un inmigrante atricano ilegal por España. Real como la vida misma. Alou, el protagonista -interpretado por el senegalés Mulie Jarju, que incorpora al personaje pasajes de su propia vida-, llega clandestinamente a España esperando encontrar un buen trabajo y, claro, no sólo no es así sino que recorre el mismo camino que muchos otros compatriotas suyos: del trabajo clandestino en los invernaderos de Almería a la recogida de la fruta en el campo leridano, pasando por la venta ambulante en las calles de Madrid y las fábricas ¡legales de manufacturas textiles en Cataluña.

400.000 ilegales

La situación de los inmigrantes africanos en España, y los datos que vienen a continuación no son ninguna ficción, es siguiente: del total de 800.000 inmigrantes que se ¿alcula viven en España, 600.000 son africanos y, según datos de sus propias asociaciones, 400.00ó son ¡legales y trabajan en la economía sumergida.Más numerosos que el colectivo de marroquíes son los africanos de color, senegaleses la mayoría y asentados en el Maresme, Lérida, Almería, Huelva, minas de León y Madrid. Moreno, Baltasar, ¡Eh, tú, negro! son calificativos que aparecen,en la película, tomados de la realidad.

"No somos racistas hasta que el problema no nos atañe. Cuan do uno tiene el problema dentro de casa cambia la actitud", afirma Armendáriz. "Durante el tiempo que he convivido con ellos, me han contado muchas cosas. Hay una que define su actitud: un patrón chantajeaba a uno de ellos con pagarle menos por no tener papeles, pasaporte, y éste le contestó: "Mi pasaporte son mis manos".

El asentamiento de inmigrantes africanos en España, que hasta los años 60 era solamente lugar de paso, comenzó cuando a finales de esa década Francia les cerró sus fronteras, a la par que España se desarrollaba y los patronos descubrían, en los años 70 y 80, que podían encontrar una mano de obra mucho más barata qué la nacional. "El fenómeno es parecido al que sufrían los emigrantes españoles que se iban a Francia y Alemania", dice Armendáriz.

La película se rodó durante 18 semanas en los mismos lugares en que viven estos africanos en España y con seis de ellos mismos en los papeles protagonistas, mezclados con actores profesionales corno Eulalia Ramón y Albert Vidal.

"El protagonista, Mulie Jarju, llevaba cinco años en España y había hecho antes teatro de aficionados en Cataluña", explica el director, "pero vivía de un trabajo en una fábrica de moldes de escayola. Quiere ser actor pero, como la película terminó de rodarse en febrero, ha vuelto al Maresme a trabajar en su antigua ocupación". Tanto él como los otros cinco papeles protagonistas africanos, no tenían legalizada su situación en España y fue la productora de la película quien les consiguió permiso de residencia en España. "El cine no puede cambiar el mundo, solamente enseñarlo como es", reflexiona el director.

"Cuando acabé la película, le dije a uno de ellos: ya estoy empezando a conocer vuestra realidad. Él rne miró y dijo: "No la podrás conocer nunca, pórque para entender lo que sufre un negro, hay que ser negro".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En