Crítica:39º FESTIVAL DE SANTANDER

Doble triunfo de Halffter y la Orquesta de Bilbao

Como hace unos días en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, Cristóbal Halffter, ha triunfado plenamente como director al frente de la Sinfónica de Bilbao en la plaza Porticada de Santander, en una de las más bellas jornadas del 392 Festival.Halffter, desde su doble dimensión de director y compositor, nos ha redescubierto la Chacona, de Montsalvatge, sobre la célebre de Juan Sebastián Bach, escrita en 1963 para los Festivales Internacionales de Barcelona. El más descriptivo título de la pieza Desintegración morfológica de la Chacona de Juan Sebastián Bach, aclara sólo a me...

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Como hace unos días en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, Cristóbal Halffter, ha triunfado plenamente como director al frente de la Sinfónica de Bilbao en la plaza Porticada de Santander, en una de las más bellas jornadas del 392 Festival.Halffter, desde su doble dimensión de director y compositor, nos ha redescubierto la Chacona, de Montsalvatge, sobre la célebre de Juan Sebastián Bach, escrita en 1963 para los Festivales Internacionales de Barcelona. El más descriptivo título de la pieza Desintegración morfológica de la Chacona de Juan Sebastián Bach, aclara sólo a medias, a pesar de su longitud, el propósito del compositor gerundense. Más que de desintegración cabía hablar de integración de los grandes pentagramas barrocos en el pensamiento musical y en la percepción sensible de Xavier Montsalvatge.

Cristóbal Halffter, representante genuino de la generación siguiente, analiza con detenimiento iluminador todos los rincones de una partitura muy rica. Desde su pensamiento creador, que usa con normalidad los recursos que fueron vanguardia en los años cincuenta, Halffier desentrafia hasta el último componente de esta metamorfoseada Chacona para explicarnos, entre otras muchas cosas, que su autor vislumbraba desde su modernidad soluciones que más tarde desarrollarían hasta el infinito sus sucesores.

Ya de muchacho, casi desde niño, Haffter amó con especial entusiasmo la obra de Gustav Mahler, compositor tan encomiado en España a principios de siglo por Pedrell o Lasalle como desahuciado, más tarde, por la crítica afiliada a los gustos parisienses. Cuando llegó la hora de Mahler y, con la ayuda fílmica, de Visconti surgió algo así como un mahlerismo militante, y músicos como Halffter no tuvieron que modificar entusiasmos, ni improvisar conocimientos; les bastó con persistir en sus habituales estimaciones. En ellas palpita, junto a todo lo razonable, una secreta red de raras afinidades. Así, La canción de la tierra, el alto ejemplo de la solución lieder con orquesta característica de Mahler, encontró en la batuta de Halffter veracidad, excelente organización y magisterio.

La reavivada Sinfónica de Bilbao ha estudiado con Halffter la asignatura Mahler y, en Donosti, como en Santander, consiguió premio cum laude. Hay que destacar la contribución solista de la soprano Jard van Nes, que hizo prodigios de musicalidad, así como la del tenor Keith Lewis, de medios menos atractivos, pero de gran seguridad técnica y estilística. Las ovaciones fueron tan cálidas en el Victoria Eugenia como en la Porticada y el éxito del director-compositor madrileño marca, dada la dificultad del programa, una fecha importante en su carreral internacional.

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