Crítica:CANCIÓN

Hasta que llegó la lluvia

Estaba previsto que el recital de la cantante Amália Rodrigues tuviese dos partes. Lo que no se esperaba es la tormenta que obligó a suspender la segunda mitad del mismo. Toda vestida de negro, con una puesta en escena de una austeridad casi espartana, la más carismática de las cantantes portuguesas se presentó acompañada por un estupendo cuarteto de guitarristas. Se ha escrito que Amálla Rodrigues es un heterónimo de Portugal, la mujer en la que se ha encarnado la melancolía del pueblo lusitano. Quien no la haya escuchado, por ejemplo, en la canción Estranha forma de vida, no puede dec...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Estaba previsto que el recital de la cantante Amália Rodrigues tuviese dos partes. Lo que no se esperaba es la tormenta que obligó a suspender la segunda mitad del mismo. Toda vestida de negro, con una puesta en escena de una austeridad casi espartana, la más carismática de las cantantes portuguesas se presentó acompañada por un estupendo cuarteto de guitarristas. Se ha escrito que Amálla Rodrigues es un heterónimo de Portugal, la mujer en la que se ha encarnado la melancolía del pueblo lusitano. Quien no la haya escuchado, por ejemplo, en la canción Estranha forma de vida, no puede decir que sabe realmente lo que es un fado. Cierto es que a los 69 años la voz ya no está para demasiados trotes. Pero, en los temas tristes, la cantante lisboeta, que confiesa que "si no cantara, ya estaría muerta", todavía certifica que quien tuvo retuvo.

Amália Rodrigues

Amália Rodrgues (voz), CarlosGonçalves y Luis Ribeiro (guitarra portuguesa), Lelo Noguel ra (gulitarra) y Joel Pina (guitarra baja). 1.500 personas (lleno). Centro Cultural Conde Duque. Madrid, 22 de agosto.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En