Testigo hasta el fin

Sólo queda una persona en la residencia de la Embajada española en Monrovia. Se llama Francisco Javier Molins, y es administrativo y veterano en las tierras africanas. Las comunicaciones que al menos tres veces al día mantiene con el personal del Ministerio de Asuntos Exteriores destacado en Freetown son su única conexión con el exterior. En ellas asegura que su situación es buena y que los bombardeos en la zona de la residencia han disminuido la virulencia de los días pasados.Además, Molins está en permanente contacto por radio con la Embajada norteamericana en la capital liberiana, con los q...

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Sólo queda una persona en la residencia de la Embajada española en Monrovia. Se llama Francisco Javier Molins, y es administrativo y veterano en las tierras africanas. Las comunicaciones que al menos tres veces al día mantiene con el personal del Ministerio de Asuntos Exteriores destacado en Freetown son su única conexión con el exterior. En ellas asegura que su situación es buena y que los bombardeos en la zona de la residencia han disminuido la virulencia de los días pasados.Además, Molins está en permanente contacto por radio con la Embajada norteamericana en la capital liberiana, con los que tiene preparado y acordado un plan para su propia evacuación.

"No quiso irse porque sabe que con la marcha de los últimos blancos de Monrovia todos quedaron con las manos libres para hacer lo que quieran", explica un evacuado español, al añadir que Molins quería ser testigo hasta el último momento.

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Con su permanencia en la embajada Molins da cobertura diplomática a las decenas de refugiados liberianos que aún permanecen en el edificio y a los que no es posible evacuar, pues los marines no dan apoyo a estas eventuales operaciones que consideran podrían ser tachadas como una injerencia en los asuntos internos liberianos.

Con Molins permanecen tres de los aproximadamente 120 españoles que integraban la colonia española en Liberia, y cuyos nombres son Luis Santana, que junto con sus cuatro hijos de los 28 que tiene inscritos en el consulado español permanece en la zona en poder de Prince, sin que se pueda contactar con él.

Manuel Gallardo, el gerente del café El Mesón, y María Barbero, conocida por su nombre artístico, Christina, quienes el viernes se negaron de nuevo a abandonar las dependencias de su restaurante para unirse al convoy de la Operación Barcelona.

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