FERIA DE ANTEQUERA

Desmesura

Antequera El triunfalismo del que hablábamos ayer, por el número de trofeos concedidos, se transformó hoy, con 12 orejas y dos rabos cortados, en algo de mayor grado: desmesura. Desmesura del presidente, que debe entender que su único papel es sacar el pañuelo mecánicamente, cual si fuera el encargado de una tómbola donde siempre hay premio.También desmesura en los tendidos, pues la plaza de Antequera, construida en 1848, no tiene esa tradición bullanguera de las peñas, bailando al son del tambor o de la banda. Sin embargo, tampoco es tradición de esta plaza saltar los espectadores al ruedo pa...

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Antequera El triunfalismo del que hablábamos ayer, por el número de trofeos concedidos, se transformó hoy, con 12 orejas y dos rabos cortados, en algo de mayor grado: desmesura. Desmesura del presidente, que debe entender que su único papel es sacar el pañuelo mecánicamente, cual si fuera el encargado de una tómbola donde siempre hay premio.También desmesura en los tendidos, pues la plaza de Antequera, construida en 1848, no tiene esa tradición bullanguera de las peñas, bailando al son del tambor o de la banda. Sin embargo, tampoco es tradición de esta plaza saltar los espectadores al ruedo para abrazar a los toreros mientras dan la vuelta, para colgarles pañuelos y sombreros multicolores. Lo de las peñas es una novedad que no tiene aquí más de un lustro, y desnaturaliza la personalidad de un pueblo eminentemente andaluz. Antequera no debe convertirse en la Pamplona de Andalucía. Cada pueblo tiene sus costumbres, y desde luego tanto estrépito y bullicio no son autóctonos.En ese ambiente tan jaranero, no es que el público apruebe o desdeñe la actuación de los lidiadores, en función de su mayor o menor mérito, es que al aclamar jubilosamente todo por igual, sea un buen natural o un capotazo de tanteo, resulta humano que los diestros acomoden su que hacer a ese ambiente tan poco riguroso. Si los trofeos se consiguieron a precio de saldo, el toreo también se rebajaba a precio de saldo. ¿Quién de los tres iba a torear a la verónica sin echar el paso atrás, si ello no era motivo de devaluación? Joselito lo hizo alguna vez en el tercero.

El Torreón / Domínguez, Espartaco, Joselito

Toros de El Torreón, bien presentados, sospechosos de pitones, blandos y nobles. RobertoDomínguez: pinchazo y estocada (dos orejas); media (dos orejas y rabo). Espartaco: estocada y dos descabellos (dos orejas); estocada caída (dos orejas y rabo). Joselito: pinchazo y estocada (dos orejas); estocada baja (dos orejas). Plaza de Toros de Antequera, 9 de agosto, segunda corrida de Feria. Más de tres cuartos de entrada.

¿Para qué iban a cruzarse, si toreando al hilo del pitón, hacia afuera, el público les aclamaba ardorosamente? También fue Joselito el que, por lo menos, dio una tanda de redondos y otra de naturales de buen corte a su primero.

Tanto Roberto Domínguez como Espartaco se apuntaron al toreo barato. En el toreo fundamental, generalmente busca ron lo fácil: ausencia de ajuste pico de la muleta, circulares hasta la saciedad agarrados a los costillares... Después, todos los recursos para la galería: muletazos de rodillas, desplantes de espaldas al toro, etcétera. En los únicos, por tanto, que no hubo desmesura fue en los toreros. Se acomodaron perfectamente al ambiente de la plaza.

Joselito no acertó a torear con limpieza al último. Cuando advirtió que el público pedía las orejas, el torero se dirigió a las tablas con la cabeza baja: seguramente por pudor.

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