Prioridad a la reforma económica en el nuevo Gobierno rumano
El primer ministro rumano, Petre Roman, presentó ayer en el Parlamento su nuevo Gobierno, integrado por 23 ministros (el anterior contaba con 50). Roman, en su informe a las cámaras, subrayó la importancia de las carteras económicas, que fueron anunciadas en primer lugar. El objetivo del Gobierno será encaminar a Rumania hacia una economía de mercado y mejorar su deteriorada imagen.
El primer cargo en ser citado fue el del ministro para la Actividad Industrial y Comercial, Anton Vatasescu, seguidos por los de Calidad de Vida y Protección Social y de la Reforma Económica.Permanece en su ...
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El primer ministro rumano, Petre Roman, presentó ayer en el Parlamento su nuevo Gobierno, integrado por 23 ministros (el anterior contaba con 50). Roman, en su informe a las cámaras, subrayó la importancia de las carteras económicas, que fueron anunciadas en primer lugar. El objetivo del Gobierno será encaminar a Rumania hacia una economía de mercado y mejorar su deteriorada imagen.
El primer cargo en ser citado fue el del ministro para la Actividad Industrial y Comercial, Anton Vatasescu, seguidos por los de Calidad de Vida y Protección Social y de la Reforma Económica.Permanece en su puesto el discutido ministro de Defensa, teniente general Victor Atanasie Stanculescu, sucesor del general Nicolas Militaru, que participó en la revolución contra el régimen de Ceausescu.
El que era ministro de Educación, Mihai Sora, que destacó últimamente por sus críticas al jefe de Estado, Ion Iliescu, ya no forma parte del Gobierno, así como Sergiu Celac, que dejó su puesto al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores en manos de Adrian Nastase.
Según la agencia Rompres, en su discurso ante el Parlamento, Petre Roman subrayó que se trata del primer Gabinete poscomunista, cuya misión será realizar los cambios estructurales correspondientes a un sistema democrático que quiere introducir la economía de mercado. El primer ministro manifestó su optimismo sobre la posibilidad de superar la inercia del antiguo régimen.
Para Roman, el problema más grave será cambiar la tutela estatal de la economía por la libre competencia.