Cortar y perder una oreja
Aunque Juan Mora cortase la unica oreja de esta corrida por los destellos de su toreo artístico, la faena de la tarde fue la de Julio Robles al cuarto, unjandilla con cuajo pero que dobló las manos en alguna ocasión y que llegó noble, pero tardo, a la muleta. Con inteligencia y temple, hizo que el toro no se sientiese violentado y se anirnase a embestir.Una faena de maestro, con torería y con suavidad. Casi toda con la diestra (sólo unas pinceladas con la zurda al final) fue lamentablemente emborronada con un tremendo bajonazo y perdió la oreja. El primero era muy remolón en sus acorrie...
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Aunque Juan Mora cortase la unica oreja de esta corrida por los destellos de su toreo artístico, la faena de la tarde fue la de Julio Robles al cuarto, unjandilla con cuajo pero que dobló las manos en alguna ocasión y que llegó noble, pero tardo, a la muleta. Con inteligencia y temple, hizo que el toro no se sientiese violentado y se anirnase a embestir.Una faena de maestro, con torería y con suavidad. Casi toda con la diestra (sólo unas pinceladas con la zurda al final) fue lamentablemente emborronada con un tremendo bajonazo y perdió la oreja. El primero era muy remolón en sus acorrietidas; Robles hizo lo posible por desengañarle, pero en el muleteo no pudo haber ni continuidad ni ligazón.
Jandilla / Robles, Mendes, Mora
Toros de Jandilla, con cuajo pero desiguales de cabeza. Julio Robles: división; vuelta. Víctor Mendes: ovación; aplausos. Juan Mora: pitos; oreja. Plaza de las Arenas de Nitnes, 30 de mayo. Cuarta corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Víctor Mendes entusiasmócon las banderillas, con las que se jugó el tipo con mucha verdad. También gustó su toreo variado con el capote, pero con la muleta no pudo alcanzar, a pesar de sus esfuerzos, idéntico nivel. Su primero, con unos pitones nada claros, tuvo nervio y un molesto cabeceo y el portugués estuvo valeroso, pero el toro le enganchó mucho la muleta. El quinto, astifino y de bonita lámina, se paró y midió mucho al torero, por lo que Mendes, muy encima, mostró deseos que no llevaron a conseguir el lucimiento.
El tercero tenía buen tranco, pero muy poquita fuerza y Mora tuvo detalles, pero sin acoplarse del todo. El sexto embistió a oleadas, pero acabó entregándose en la muleta, aunque se fue apagando.
La faena de Mora fue de más a menos y los principios fueron deslumbrantes, cogiendo enseguida la muleta con la izquierda. A pesar de los altibajos, todo lo hizo el torero.