Crítica:MADRID EN DANZA

Broche de calidad

Los franceses han sido la sal de este Madrid en danza -el quinto ya- y Jackie Taffanel ha puesto el broche de calidad a un festival que se consolida como hecho, pero que aún no ha conseguido, quizá por la humildad de su presupuesto, que haya más grano que paja.Las dos piezas presentadas en la sala Olimpia de Madrid confirman la solidez de las cualidades que apenas pudieron entreverse el pasado año cuando Jackie Taffanel participó en un espectáculo colectivo dentro de esta misma muestra: un universo poético muy personal y un lenguaje gestual y coreogrráfico más elaborado y ambicioso de l...

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Los franceses han sido la sal de este Madrid en danza -el quinto ya- y Jackie Taffanel ha puesto el broche de calidad a un festival que se consolida como hecho, pero que aún no ha conseguido, quizá por la humildad de su presupuesto, que haya más grano que paja.Las dos piezas presentadas en la sala Olimpia de Madrid confirman la solidez de las cualidades que apenas pudieron entreverse el pasado año cuando Jackie Taffanel participó en un espectáculo colectivo dentro de esta misma muestra: un universo poético muy personal y un lenguaje gestual y coreogrráfico más elaborado y ambicioso de lo que suele ser frecuente en el ámbito de la danza-teatro.

Le cri du guetteur es, se nos dice, un proyecto de respuesta al ¿quién vive? del centinela. Seis bailarines a la búsqueda de su propia identidad bajo la mirada inquietante de un observador que permanece de espaldas al público.

Le Group Incline: Jackie Taffanel

Le cri du guetteur (Taffanel-Lagesse). Escenograria: Dumont y Aude-Tanguy; Outremer (Taffanel-Lagesse). Escenografía: Christiansen y Belahlou. Madrid. Sala Olimpia. 25 de mayo.

Outremer parece una fiesta que se desarrolla en un jardín. Al fondo del escenario, una mesa llena de copas sobre las que al final se bailará. Pero en el fondo las propuestas escénicas o anecdóticas son lo de menos: lo importante es la capacidad de sugerencia del movimiento y sus ritmos, la generosidad del vocabulario expresivo, el personalísimo uso de los silencios, la habilidad para crear un tejido denso pero abierto de líneas intrigantes que demuestra la joven coreógrafa, que tiene fama de excelente pedagoga, como no es difícil de imaginar viendo su trabajo y el que desarrollan sus bailarines en escena.

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