Borrell aclara que sólo hay sondeos sobre la nueva fiscalidad de la vivienda y defiende la regularización del dinero negro

El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, reiteró ayer en Barcelona que sólo hay sondeos sobre la nueva fiscalidad de la vivienda. "De verdad que sólo ha sido una reflexión en voz alta", afirmó durante el coloquio posterior a una conferencia sobre Fiscalidad y ahorro pronunciada anoche en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade). Borrell matizó así las informaciones que indican que Hacienda estudia eliminar la desgravación por intereses de créditos invertidos en vivienda.Altos cargos de Hacienda asistentes a la conferencia de anoche aclararon que, e...

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El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, reiteró ayer en Barcelona que sólo hay sondeos sobre la nueva fiscalidad de la vivienda. "De verdad que sólo ha sido una reflexión en voz alta", afirmó durante el coloquio posterior a una conferencia sobre Fiscalidad y ahorro pronunciada anoche en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade). Borrell matizó así las informaciones que indican que Hacienda estudia eliminar la desgravación por intereses de créditos invertidos en vivienda.Altos cargos de Hacienda asistentes a la conferencia de anoche aclararon que, en cualquier caso, la nueva medida casi con toda seguridad no afectaría a aquellos contribuyentes que hubieran realizado la adquisición de la vivienda antes del 1 de enero de 1991.

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"A mí me parece a título personal", afirmó Borrell, "que la vivienda en España ha tenido una protección fisscal muy fuerte que no siempre ha beneficiado al comprador, sino que ha favorecido el mayor beneficio del que vende. Quizá sea más justo que los intereses, en lugar de deducir en la base [en síntesis, los ingresos brutos menos las aportaciones a la Seguridad Social], dedujeran en la cuota [el IRPF que acaba pagando cada contribuyente]. Sé que esta fórmula no es neutral, pero reivindico el derecho de reflexión sobre este aspecto porque para eso estamos haciendo una reforma fiscal".

Ahorro familiar

La fórmula que plantea Hacienda perjudica principalmente a los contribuyentes con salarios medios-altos, es decir, los situados entre 4,5 y 8 millones de pesetas, y perjudica en menor medida a los salarios bajos. Borrell justificó este proyecto por la necesidad de desincentivar la inversión del ahorro en vivienda y conducir este ahorro hacia la inversión en activos financieros, es decir, "en empresas que producen para vender y participar en el mercado".En relación con la propagada necesidad de aumentar el ahorro de las familias, el secretario de Estado de Hacienda puso en duda que una reducción de la imposición directa tuviera como consecuencia un aumento del ahorro: "El impositivo es uno más, y no de los más importantes, entre los muchos factores que rodean al ahorro familiar". Entre estos factores Borrell citó los demográficos (la población envejecida siente menos necesidad de ahorrar porque le quedan menos años de vida), la seguridad en el empleo como factor desencadentante de gasto más que de ahorro, o la mayor facilidad para conseguir créditos ("la gente años atrás ahorraba para comprar y ahora compra primero y después ahorra para pagar los créditos").

El secretario de Estado de Hacienda se mostró a favor de una regularización del dinero negro aprovechando la reforma fiscal. "Estoy a favor de que todos estén en una situación fiscal regulada", afirmó, reforzando así las declaraciones del ministro de Economía, Carlos Solchaga, en los Debates Costa Brava (véase EL PAÍS del 25 de marzo pasado).

Asimismo, reconoció que hoy por hoy es un interrogante saber qué ocurrirá cuando en 1993 se aplique integralmente la libre circulación de capitales sin que haya ningún acuerdo comunitario sobre armonización fiscal de los rendimientos del capital. "El verdadero problema no es fomentar el ahorro en cada país", dijo, "sino evitar que este ahorro se vaya a otros países más opacos fiscalmente". "Hay que tener en cuenta", añadió, "que en el mundo hay un capital flotante -el llamado dinero caliente- que equivale a 10 veces las reservas de cambio de todos los países occidentales. Ese capital no quiere saber nada de sistemas impositivos", concluyó.

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