Un consejero de Castilla y León apoya a firmas asesoradas por su mujer

Rosa Carballo, esposa del consejero de Economía y vicepresidente de Castilla y León, Miguel Pérez Villar -aludido en el sumario del caso Naseiro -, recibe desde 1987 remuneraciones mensuales como asesora de la Asociación Provincial de Empresarios de Minas de Antracita de León (APEMA), varias de cuyas empresas reciben subvenciones oficiales de ese departamento. Hasta su nombramiento de consejero, era el propio Pérez Villar quien asesoraba a esa patronal.

La Ley de Incompatibilidades de Castilla y León impide a los altos cargos intervenir en asuntos en los que tengan o hayan tenido interé...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Rosa Carballo, esposa del consejero de Economía y vicepresidente de Castilla y León, Miguel Pérez Villar -aludido en el sumario del caso Naseiro -, recibe desde 1987 remuneraciones mensuales como asesora de la Asociación Provincial de Empresarios de Minas de Antracita de León (APEMA), varias de cuyas empresas reciben subvenciones oficiales de ese departamento. Hasta su nombramiento de consejero, era el propio Pérez Villar quien asesoraba a esa patronal.

La Ley de Incompatibilidades de Castilla y León impide a los altos cargos intervenir en asuntos en los que tengan o hayan tenido interés. En su artículo noveno, la ley dice: "El personal al que se refiere esta ley [altos cargos del Gobierno de Castilla y León] estará obligado a inhibirse del conocimiento de los asuntos en que hubiere intervenido o interesen a empresas o sociedades en cuya dirección, asesoramiento o administración hubiesen tenido parte él, su cónyuge o persona de su familia dentro del segundo grado civil, en los dos años anteriores a su toma de posesión".Medio centenar de empresas de APEMA recibieron ayudas del departamento de Economía en 1988. Algunas obtuvieron subvenciones superiores en un 200% a las cantidades que solicitaron. Pérez Villar dijo ayer: "Mi esposa es abogada libre; asesora a las empresas y cobra sus honorarios. Y punto".

El consejero de Economía y vicepresidente no negó que su departamento conceda subvenciones a empresas de APEMA, pero precisó que siempre lo hace basándose en informes técnicos. Agregó que la autorización final sólo depende de él cuando las ayudas no superan los 50 millones de pesetas. Más de una decena de empresas de APEMA recibieron en 1988 subvenciones inferiores a esa cifra. Pérez Villar insistió en que no existe irregularidad alguna en su actuación.

Un total de 19 empresas, que suponen un 14% de la mano de obra y un 13% de la producción minera, recibieron en 1988 casi el 60% de las ayudas.

Página 15

Archivado En