Entrevista:

El retorno de Miguel Narros

El ex director del Teatro Español vuelve a escena con un montaje en el María Guerrero

Miguel Narros regresa la próxima semana a los escenarios como director teatral con la obra Combate de negro y de perros, de Bernard Marie Koltès. Desde que el pasado 31 de diciembre el Ayuntamiento de Madrid decidió no renovarle su contrato como director -lo había sido durante cinco años- del teatro Español, ésta es la primera obra que pone en escena. El espectáculo se estrenará en el teatro María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional, el próximo día 25. En esta entrevista habla de su regreso.Pregunta: Tiene usted 61 años, empezó a actuar a los 17 y, ya con 20 añ...

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Miguel Narros regresa la próxima semana a los escenarios como director teatral con la obra Combate de negro y de perros, de Bernard Marie Koltès. Desde que el pasado 31 de diciembre el Ayuntamiento de Madrid decidió no renovarle su contrato como director -lo había sido durante cinco años- del teatro Español, ésta es la primera obra que pone en escena. El espectáculo se estrenará en el teatro María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional, el próximo día 25. En esta entrevista habla de su regreso.Pregunta: Tiene usted 61 años, empezó a actuar a los 17 y, ya con 20 años, debutó como director. Esta vuelta suya, tras, su polémica destitución, es como aquel famoso Retorno del Jedi?

Respuesta. No sé, yo me encuentro con energía y muchas fuerzas. En cuanto me dijo el Ayuntamiento que mi contrato no se renovaba, el director del Centro Dramático Nacional, José Carlos Plaza me ofreció dirigir este montaje de KoItès y yo acepté.

P. ¿Ya conocía usted este Combate de negro y de perros, de Koltès? ¿Había visto el montaje en catalán del año pasado?

R. No, conocía al autor y había leído la obra, pero yo nunca veo una obra de la que yo haga luego un montaje. Lo que más me atrajo de ella es que hace un planteamiento realista de una manera diferente: la trampa en que ha caído el hombre de cubrir sus propias necesidades y las obligaciones que esto le crea con la sociedad. En el teatro de Koltès siempre hay una persona que exige sus derechos y un sistema que niega estos derechos en nombre de la empresa o de la sociedad.

P. O sea que se identifica usted totalmente con el combate de la obra. ¿En su guerra con el Ayuntamiento quién hizo de negro y quién de perros?

R. No me lo he pensado en absoluto aunque, sí, yo he vivido situaciones algo parecidas a las que cuenta KoItès.

Fósiles

P. Las razones que alegó el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Álvarez de Toledo, para que no continuara usted como director del Teatro Español fueron, principalmente, que hay que renovar los cargos para evitar que se anquilosen. ¿Ustedse consideraba fosilizado?R. No, para nada. En todas partes del mundo, los teatros estables como el que dirige Strehler y gentes por el estilo, ven potenciadas su labor y si fosilizan o no creo que es un problema de saberlos quitar a tiempo. Pero yo no me encontraba nada fosilizado y, en cambio, creo que ahora sí está fosilizado el Teatro Español. Ahora si que sí.

P. ¿Cómo evalúa la labor de su sucesor, Gustavo Pérez Puig?

R. De momento no se puede evaluar de ninguna manera porque el teatro está en proyecto de estreno y ya tenía que haber salido alguna, obra a la luz y no ha sido así.

P.¿Qué recuerdo tiene de su cese obligado?

R. Hace un año, cuando el Ayuntamiento cambió yo presenté, lógicamente, una carta de renuncia. Lo que ocurría era que ese concejal me estaba diciendo siempre que yo continuaría al menos un año o el tiempo que fuera. Luego no fue así y mi contrato finalizaba el 31 de diciembre y, simplemente, no se me renovó. ¿La razón? Yo creo que los políticos siempre van a lo suyo y allá ellos.

P. ¿Pero a usted le hicieron cesar por ser de izquierdas?

R. Yo creo que ha habido presiones de otro tipo, pero no lo sé ni me importa y, al fin y al cabo, creo que es mucho mejor haber salido del Teatro Español y dejar de tener que estar en contacto con una gente con la que no conectas en muchos aspectos. Pero no me refiero solamente a éstos ni en general, porque un concejal de Cultura no debería nunca ser un cargo político sino una persona que se ocupe de la cultura y, si encima es un abogado o un economista que no está preparado, para ello, puede ser desastroso.

P. ¿Pero qué presiones hubo?

R. Fueron presiones directamente al concejal, bien de su alcalde o bien de su partido, que hicieron una labor importante hasta conseguir lo que querían.

P. ¿Usted nunca se llevó bien con Suárez?

R. Ni bien ni mal, no lo conozco.

P. ¿Y con Tierno Galván?

R. Con Tierno sí, porque era una persona culta, inteligente y afectuosa que todos hemos querido y le vamos a echar mucho de menos.

El olor de las banderas

P. ¿Y con Juan Barranco?R. Juan Barranco es una persona muy afectuosa, un hombre muy activo que se puede equivocar como se equivoca todo el mundo, pero con una gran buena fe.

P. ¿Y con su sustituto en el Teatro Español, Gustavo Pérez Puig?

R. Gustavo y yo hemos sido compañeros cuando empezamos en el teatro los dos; incluso yo hice figurines para una obra que él montaba. Luego hemos seguido carreras diferentes.

P. ¿Si él le llama para que usted dirija un monta e en el Español, dirá que sí?

R. Con este Ayuntamiento tengo muy claro que no montaré una obra en el Español. Contundentemente no.

P. ¿Y si vuelve a cambiar el Ayuntamiento y pierde el poder el centro-derecha?

R. No, no se puede ser director de un teatro como el Español mientras que éste no tenga una autonomía. No se puede depender tanto de los políticos y yo, durante mucho tiempo, tuve que vivir estos problemas, que los había también con el Ayuntamiento de izquierdas.

P. ¿Este ha sido su mayor conflicto con el Poder? ¿Durante el franquismo también le tocó protagonizar el incidente de la quema de la bandera española, no?

R. Sí, estuvimos implicados Víctor Manuel, Ana Belén y yo. Fue un montaje que se llamaba Ravos, en 1972 en México y se dijo que habíamos quemado la bandera española. Pero todo fue una mentira, porque no quemamos nada aunque nos orquestaron una campaña de mucho cuidado.

P. ¿Ahora quemaría usted alguna bandera?

R. No, no me gusta y no me divierte el olor a trapo quemado.

P. ¿Piensa invitar al estreno de Combate de negro y de perros al concejal de Cultura de Madrid? ¿Y a Gustavo Pérez Puig?

R. Yo no tengo por qué invitarle. Si está en el corte del María Guerrero, que le inviten. Pero yo, personalmente, no tengo interés; sería darle un disgusto. Y Gustavo, pues me imagino que estará en el corte, ¿no?.

P. ¿Qué proyectos vienen después de este montaje?

R. Una escenificación sobre Fedra para Manuela Vargas. Luego está El caballero de Olmedo para la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ya en el mes de septiembre. Y, luego, más proyectos. Me encuentro muy bien.

El proyecto Koltès

Bernard-Marie Koltès era un enfant terrible del teatro francés hasta que falleció de SIDA hace un año, cuando iba a cumplir 40 años. Había estrenado cinco obras, publicado una novela y tenía un texto teatral inédito, Roberto Zucco, en montaje del famoso Peter Stein.Este Proyecto KoItés incluye, además del montaje de Narros, otra obra del autor francés, En la soledad de los campos de algodón, con dirección de Guillermo Heras.

Pero, según explican Guillermo Heras, director del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, y José Carlos Plaza, director del Centro Dramático Nacional, "Koltès va a dejar de ser un desconocido durante los próximos dos meses, gracias al proyecto Koltès".

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