Condenado a pagar 45 millones un médico que no practico una cesárea a tiempo

El médico Carlos Bergareche Sigel y la Mutua de Terrassa han sido condenados a pagar 45 millones de pesetas para reparar los daños causados al niño Víctor Amoraga, que sufre parálisis total de las cuatro extremidades y retraso mental severo a causa de las lesiones cerebrales provocadas por una falta de oxigenación durante el parto.El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Terrassa condena solidariamente al médico y al hospital a indemnizar a la madre,. Trinidad Martínez, con 10 millones de pesetas y a depositar en una cuenta bancaria 35 millones más para garantizar el sustento del niño duran...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El médico Carlos Bergareche Sigel y la Mutua de Terrassa han sido condenados a pagar 45 millones de pesetas para reparar los daños causados al niño Víctor Amoraga, que sufre parálisis total de las cuatro extremidades y retraso mental severo a causa de las lesiones cerebrales provocadas por una falta de oxigenación durante el parto.El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Terrassa condena solidariamente al médico y al hospital a indemnizar a la madre,. Trinidad Martínez, con 10 millones de pesetas y a depositar en una cuenta bancaria 35 millones más para garantizar el sustento del niño durante toda su vida.

A las ocho de la mañana del 29 de junio de 1987, Trinidad Martínez ingresó en la Mutua de Terrassa con dolores de parto y tres centímetros de dilatación. Frente a las argumentaciones de otros miembros del equipo sanitario, el doctor Bergereche sostuvo que debía programarse un parto normal, a pesar de que por la talla de la madre - 148 centímetros de altura- y su peso -45 kilos- el parto debía ser considerado de riesgo y candidato firme a resolverse, mediante cesárea.

Alas 10 de la mañana Trinidad Martínez seguía con tres centímetros de dilatación, y lo mismo a las 12 y las 13 horas. Finalmente, a las 14 horas, cuando la analítica evidenciaba ya signos de sufrimiento fetal, el doctor Berguereche ordenó que se preparase a la parturienta para una cesarea, pero ésta no se realizó efectivamente hasta una hora más tarde. El niño nació amoratado, con dos vueltas del cordón umbilical rodeando su cuello y sin llanto.

Archivado En