Menem divide y reina

El presidente argentino recupera la confianza y consolida su poder

El tornado Carlos Menem ha vuelto a tomar velocidad sobre su propio eje y avanza sin pausa después de que, hace unos días, la convocatoria de la derecha llenase la plaza de Mayo para que la multitud diera el sí a su plan de reforma del Estado. El presidente argentino recuperó la confianza que parecía haber perdido en los últimos cuatro meses. Desde la suma de su poder, consolidado por la ley que le permite ahora aumentar de cinco a nueve el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia, Menem divide y reina.

La paciente tela de araña que tejían dirigentes peronistas y radicales par...

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El tornado Carlos Menem ha vuelto a tomar velocidad sobre su propio eje y avanza sin pausa después de que, hace unos días, la convocatoria de la derecha llenase la plaza de Mayo para que la multitud diera el sí a su plan de reforma del Estado. El presidente argentino recuperó la confianza que parecía haber perdido en los últimos cuatro meses. Desde la suma de su poder, consolidado por la ley que le permite ahora aumentar de cinco a nueve el número de miembros de la Corte Suprema de Justicia, Menem divide y reina.

La paciente tela de araña que tejían dirigentes peronistas y radicales para cazar a Menem en un pacto político que pusiera límites a su Gobierno, fue deshecha por el jefe del Estado.En las, caras de desconcierto y en las frases de velorio con que el radical Eduardo Angeloz y el peronista Antonio Cafiero cerraron su primera reunión formal para discutir el posible acuerdo, se olía el mal estado de las relaciones entre ambos partidos mayoritarios. Menem volvió a atacar duramente al ex presidente radical Raúl Alfonsín, a quien acusa de tirarle "el Gobierno por la cabeza". Y también al radicalismo, "que se ha quedado estancado, detenido en el tiempo y en el espacio, impotente y dogmatizado en sus viejas creencias", según declaró a la revista Noticias en un reportaje publicado el pasado domingo.

En cada entrevista, el presidente argentino reivindica su condición de líder que no responde al partido. Su modelo personal es Felipe González, a quien quisiera parecerse "porque liberó la economía de España pero sigue sintiéndose socialista".

La clase política, la civil y democrática, que atraviesa su momento de mayor debilidad. y es atacada de forma sistemática por los mismos medios de información y los periodistas que ofician de influyentes asesores de Menem, no sabe ya dónde ponerse. El estilo imprevisible, arbitrario y personalista del presidente abrió los debates internos en todos los partidos, incluido el suyo.

Si el general Juan Domingo Perón, muerto el 1 de julio de 1974, recibe donde se encuentre los periódicos argentinos en donde cada día aparece una nueva declaración original de Menem, no debe tener paz.

El presidente peronista identifica al "estatismo" y al "dirigismo de la economía" en los últimos 50 años como la causa. de los males argentinos, precisamente el período histórico que comienza con Juan Domingo Perón y comprende otros dos Gobiernos del ex presidente fallecido en 1974.

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Menem, según la Juventud Peronista, que le ha calificado como "el mayor traidor" en la historia de ese partido, "se ha tragado entero el discurso de la derecha, y lo repite sin saber qué dice". De hecho, existe una coincidencia notable. Las consignas simples y poco elaboradas que repiten por las principales cadenas de televisión periodistas como Bernardo Neustadt o Julio Ramos, director del periódico económico Ámbito Financiero, son luego reproducidas en altavoz para todo el país por el propio presidente.

La marcha del sí

Menem dice que ellos piensan como él, pero Neustadt se ha encargado de desmentirlo: "El presidente es el primer neustadista". El polémico Neustadt, quien se atribuye la convocatoria a la llamada marcha del sí, también explica a los ciudadanos desde la radio y la televisión por qué Menem no rompió ningún pacto moral con sus electores: "Él sólo decía síganme, pero nunca dijo a dónde, nunca prometió hacer un Gobierno peronista".Desde que asumió el poder, hace sólo nueve meses, Menem se ha distinguido en especial por blanquear a los personajes más sospechosos de la vida política argentina. Julio Ramos, Bernardo Neustadt, Gerardo Sofovich y otros periodistas a los que designó en puestos de conducción de la radio y la televisión estatal son los mismos que antes defendieron con igual pasión el plan económico y la represión de la dictadura militar que devastó el país entre 1976 y 1983. "Yo sé lo que quiero", asegura Menem.

El tornado ha revuelto de tal modo la transición política que los jefes de la organización Montoneros, prófugos durante el Gobierno de Alfonsín, son ya invitados de rutina a la televisión y pronto asomarán a la pantalla el jefe de esa guerrilla peronista, Mario Firmenich, y los miembros de las Juntas Militares que aún continúan en prisión, donde cumplen condena por crímenes y delitos probados en juicios. Esta semana, Menem anunció que firmará un nuevo indulto.

El resto de los partidos tampoco puede sustraerse a la atracción del fenómeno. El radicalismo, según admite Alfonsín, se debate entre las fuerzas que aún buscan el acuerdo y aquellos que quieren ejercer una oposición más clara y dura. La ley que permite a Menem controlar la Corte Suprema de Justicia con la designación de cuatro nuevos jueces elegidos por él aísla aún más al radicalismo en el Parlamento. Desde abajo y desde fuera del poder, la sociedad argentina observa azorada. La tasa de inflación en el mes de marzo fue del 95,5% y supera el 20.000% en los últimos 12 meses. La frágil estabilidad económica actual provoca la mayor recesión económica de la historia.

Todos los ciudadanos, por motivos diversos, se levantan cada mañana y miran a Menem. Los que le creen todavía dudan y mantienen depósitos calculados entre 40.000 y 50.000 millones de dólares en cuentas fuera del país. Los que dudan creen que éste no es el verdadero Menem, el peronista encarcelado. Y están también los que no creen ni dudan; son los que cada día retiran un promedio de 2.000 pasaportes para marcharse de este país.

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