Un edil condenado por "justiciero"

El tribunal que ha condenado al alcalde de Noia reprocha a Pastor Alonso su "ánimo justiciero", que "repugna cualquier consideración jurídica".Pastor Alonso, médico de 36 años, se había destacado hasta ahora en Galicia por sus iniciativas progresistas. En 1984, cuando era teniente de alcalde de Narón (La Coruña), se convirtió en apóstol de la vasectomía, operación que realizó gratuitamente a los parados que deseaban esterilizarse. Su actitud le valió los reproches del clero gallego, que llegó a llamarle "Herodes de los tiempos modernos" y de los sectores conservadores, que le acusaron d...

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El tribunal que ha condenado al alcalde de Noia reprocha a Pastor Alonso su "ánimo justiciero", que "repugna cualquier consideración jurídica".Pastor Alonso, médico de 36 años, se había destacado hasta ahora en Galicia por sus iniciativas progresistas. En 1984, cuando era teniente de alcalde de Narón (La Coruña), se convirtió en apóstol de la vasectomía, operación que realizó gratuitamente a los parados que deseaban esterilizarse. Su actitud le valió los reproches del clero gallego, que llegó a llamarle "Herodes de los tiempos modernos" y de los sectores conservadores, que le acusaron de mutilador. Fue muy popular en los ambientes fabriles de El Ferrol, en donde se recuerda que se fracturó una pierna en una manifestación de solidaridad con los reconvertidos de Astano. En los últimos tiempos, como alcalde de Noia, ha emprendido un plan de reinserción de drogadictos que ya ha dado resultados positivos.

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Testigos a favor del alcalde

La denuncia de que fue objeto por la familia desalojada, llevó al juicio celebrado en La Coruña el pasado 8 de marzo numerosos testimonios en su favor. La sentencia, redactada por el magistrado Juan Luis Pía, de 38 años, refleja que el tribunal no se impresionó ante los alegatos favorables a Pastor Alonso e insiste en resaltar la injusticia de una resolución, el despropósito de una motivación y lo incivilizado de acudir a violentas vías de hecho tan brutales" como el desalojo.

El alcalde defendió su actuación durante el juicio y su abogado llegó a afirmar, refiriéndose a la familia desalojada: "Los gitanos no son unos angelitos".

Sin embargo, según el tribunal, acusaciones como la de que la familia desalojada poseía "armas de fuego" sólo se sostienen en la tenencia de "una pistola y escopetas de aire comprimido por dedicarse a la explotación de un negocio de tiro al blanco", de los que suelen instalarse en los pueblos en fiesta.

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