Los dos a salvo

Médicos del hospital Doce de Octubre consiguen un par de trasplantes de hígado sin precedente mundial

El pasado mes de marzo se realizaron en el hospital Doce de Octubre, de Madrid, perteneciente a la Seguridad Social, dos trasplantes de hígado que por sus peculiares características han sido considerados los primeros de este tipo en el mundo. Uno de ellos se desarrolló en una mujer de 32 años embarazada de 27 semanas. El segundo fue practicado a una joven de 29 años, con una víscera hepática rechazada por otra mujer sometida a trasplante.

Dolores Madolell Heredia, de 32 años, funcionaria del Ministerio de Defensa, no supo que había estado a punto de morir hasta después de varias hor...

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El pasado mes de marzo se realizaron en el hospital Doce de Octubre, de Madrid, perteneciente a la Seguridad Social, dos trasplantes de hígado que por sus peculiares características han sido considerados los primeros de este tipo en el mundo. Uno de ellos se desarrolló en una mujer de 32 años embarazada de 27 semanas. El segundo fue practicado a una joven de 29 años, con una víscera hepática rechazada por otra mujer sometida a trasplante.

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Dolores Madolell Heredia, de 32 años, funcionaria del Ministerio de Defensa, no supo que había estado a punto de morir hasta después de varias horas de la operación. "En realidad yo no me encontraba tan mal y en ningún momento pensé que lo que me estaba ocurriendo era muy grave y que mi vida corría peligro", dice con absoluta serenidad.Sentada en el despacho del médico que le ha salvado la vida, el cirujano Enrique Moreno, jefe del servicio de aparato digestivo del hospital Doce de Octubre, Lola -"que me llamen Dolores me resulta muy extraño"- tiene el aspecto de una mujer embarazada completamente sana. Reposa las manos sobre su vientre y confiesa que se encuentra feliz de sentir nuevamente las pataditas de su futuro hijo, ya que los días posteriores inmediatos al trasplante dejé de sentirlo, aunque sabía que estaba vivo por los controles ginecológicos".

Para Lola todo empezó cuando, el pasado mes de enero, se hizo un revisión rutinaria de su embarazo y los análisis revelaron que las transaminasas (enzimas que produce el hígado) se encontraban muy elevadas. En un principio los médicos no sabían a qué se debía. Sospechaban que la causa podía ser una hepatitis vírica, pero no aparecían claros los marcadores del virus.

A la semana siguiente unos nuevos análisis indicaron que las transaminasas se habían elevado aún más. "Además sufrí unos cólicos nefríticos", explica, "y empecé a encontrarme mal, pero sin que fuese nada espectacular. El 23 de febrero me ingresaron en el hospital del Aire con ictericia y me tuvieron en observación durante dos semanas. Sin un diagnóstico confirmado de hepatitis me trasladaron a La Paz, y de aquí inmediatamente al Doce de Octubre. Me hicieron unas pruebas y los médicos dijeron que me debían hacer rápidamente un trasplante de hígado".

Según explica Lola, quien realmente vivió su insuficiencia hepática fue su marido, Ignacio Soret, ingeniero de telecomunicaciones. "Él sí que vivió la angustia previa a la operación. Yo ni fui consciente de que mi hígado se estaba necrosando y que si en el plazo de pocas horas no me hacían un trasplante mi muerte era inevitable".

Un albañil de Murcia

A las cuatro de la madrugada del sábado al domingo 11 de marzo Lola era trasladada al quirófano para iniciarse todos los preparativos del trasplante. A las nueve de la mañana de ese domingo llegaba al hospital el hígado de un joven cuyo corazón había sido trasladado a Santander y los riñones a Alicante. Curiosamente, el muchacho era de origen murciano, como Lola. Se trataba de un albañil que había fallecido en accidente laboral."No he hablado con sus familiares", dice Lola, "porque aún está todo muy reciente Y pienso que es un tema muy doloroso para ellos. Pero me gustaría hacerlo más adelante para darles las gracias por haber donado los órganos de ese joven y haberme salvado la vida con uno de ellos".

La recuperación de esta paciente ha sido extraordinaria, según dicen los médicos. Lola, que ya es madre de una niña de 21 meses, dará a luz a su segundo hijo el próximo mes de junio si no surgen imprevistos. El pequeño nacerá en el Doce de Octubre, y en el parto estará presente el doctor Enrique Moreno.

Este especialista advierte que durante el trasplante el embarazo estaba siendo rigurosamente controlado mediante sistemas de monitorización externa. "El conocimiento médico actual nos permite valorar los límites de peligrosidad y saber cómo se puede proceder en una operación quirúrgica de estas características Todo ha salido bien y Lola ha respondido estupendamente al trasplante durante la intervención y todo el posoperatorio".

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