Conmoción en el régimen argelino por denuncias públicas de corrupción

El régimen argelino podría vivir su pequeño Watergate a la luz de las gravísimas acusaciones sobre corrupción vertidas por un antiguo jefe de Gobierno, Abdelhamid Brahimi. El ex primer ministro Brahimi, abrió la caja de pandora la semana pasada, al declarar que las comisiones cobradas ilegalmente por operadores económicos argelinos, en sus transacciones con firmas extranjeras, ascendieron probablemente a unos 26.000 millones de dólares durante los últimos años.Brahimi señaló que había calculado esa cifra, basándose en declaraciones anteriores de otra personalidad del régimen, no identif...

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El régimen argelino podría vivir su pequeño Watergate a la luz de las gravísimas acusaciones sobre corrupción vertidas por un antiguo jefe de Gobierno, Abdelhamid Brahimi. El ex primer ministro Brahimi, abrió la caja de pandora la semana pasada, al declarar que las comisiones cobradas ilegalmente por operadores económicos argelinos, en sus transacciones con firmas extranjeras, ascendieron probablemente a unos 26.000 millones de dólares durante los últimos años.Brahimi señaló que había calculado esa cifra, basándose en declaraciones anteriores de otra personalidad del régimen, no identificada, quien calculó en un 20% el porcentaje de las comisiones percibido ilegalmente por funcionarios y personajes del régimen argelino.

Las acusaciones de Brahimi han llevado a un grupo de parlamentarios a pedir que se cree una comisión de investigación sobre estas prácticas ilícitas. Durante años era sabido en Argel que los funcionarios del régimen cobraban comisiones de las firmas extranjeras que comerciaban con Argelia, pero nadie se había atrevido hasta ahora a proclamarlo como ha hecho el antiguo jefe del Gobierno.

Brahimi Justificó su denuncia aludiendo a la necesidad de poner orden en las filas del Frente de Liberación Nacional (FLN), que ha perdido mucha de su credibilidad como formación política desde que llegara a Argelia del pluripartidismo.

Sin embargo, en otros medios políticos argelinos se teme que esta denuncia constituya una forma velada de desacreditar al propio presidente, Chadli Benyedid, y a través de él a su programa de reformas políticas y económicas.

Entre Benyedid y un sector conservador del FI-N se ha abierto una seria polémica a propósito de la dualidad de los cargos que ocupa el jefe del Estado, que es a su vez presidente de la República y presidente del FLN. Un influyente miembro de ese sector, el antiguo responsable del Instituto de Estudios Estratégicos, Bualem Benhamuda, criticó la sernana pasada la interpretación dada por Benyedíd a condición de jefe de Estado y presidente del Frente de Liberación Nacional.

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