El presidente de Canarias pide la total integración en la CE antes de un año

El presidente de Canarias, Lorenzo Olarte, planteó ayer negociar la total integración del archipiélago en la CE antes de que acabe el año para "no interferir en las negociaciones autonómicas que se celebrarán en el verano de 1991". El "esfuerzo y la comprensión" pedidos al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, se concretan en disfrutar de las ventajas de incorporarse a las políticas agrícola y pesquera, fiscal y comercial de la CE sin perder los beneficios de haber quedado al margen hasta el momento.

Lorenzo Olarte esgrimió la posibilidad de convocar un referéndum consultiv...

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El presidente de Canarias, Lorenzo Olarte, planteó ayer negociar la total integración del archipiélago en la CE antes de que acabe el año para "no interferir en las negociaciones autonómicas que se celebrarán en el verano de 1991". El "esfuerzo y la comprensión" pedidos al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, se concretan en disfrutar de las ventajas de incorporarse a las políticas agrícola y pesquera, fiscal y comercial de la CE sin perder los beneficios de haber quedado al margen hasta el momento.

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Lorenzo Olarte esgrimió la posibilidad de convocar un referéndum consultivo en el caso de que el modelo de acuerdo "resulte lesivo para los intereses del archipiélago".La visita de dos días a Bruselas, en la que el presidente de Canarias se entrevistó con el presidente Delors y los comisarios responsables de Agricultura, Política Regional y Fiscalidad de la CE, se cerró ayer en un clima de optimismo. "Regresamos satisfechos", manifestó Olarte, a la hora de revisar la asignatura pendiente de Canarias con la Comunidad.

El Estatuto especial elegido por el Parlamento canario para las islas se concretó en tener que renunciar al libre acceso para sus productos a cambio de disfrutar las ventajas comerciales de puerto franco y baja fiscalidad por no tener IVA.

Incorporación gradual

Las propuestas se concretan en una incorporación gradual para no dejar a la agricultura y a la pesca de las islas desasistidos. Olarte propuso un período transitorio de 15 años. Durante ese plazo, Canarias quiere disfrutar del actual régimen económico-fiscal y de otras múltiples exenciones para evitar "la convulsión insoportable para la economía si no se atienden nuestras peticiones".

El Gobierno central ve en el pleno ingreso la solución al callejón sin salida de que, a partir de 1993, los productos canarios entrarían en la península como si perteneciesen a un país tercero, en franca discriminación con las exportaciones, alemanas o italianas, por ejemplo. La Comisión Europea está dispuesta a conceder excepciones, en base a las dificultades de un territorio "ultraperiférico".

Canarias está dispuesta a una reforma fiscal que incluya la reorganización del arbitrio y la creación de un impuesto indirecto, siempre que no grave al consumidor ni a las pequeñas y medianas empresas. El impuesto sobre la producción sería muy especial y "no afectaría a la agricultura, pesca y extracción de agua para no romper la tradicional defensa al consumo". Según Olarte, "la presión fiscal debe ser la misma" y "el Estado español seguirá corriendo con los 6.000 millones de pesetas anuales" que paga en concepto teórico del IVA que no existe en Canarias.

Período transitorio

La integración en las políticas agrícola y comercial dará libre acceso al mercado comunitario. Pero Canarias ahora compra el kilo de leche en polvo a 60 pesetas en lugar de a 90 y la carne a mitad de precio, amparándose en las restituciones o subvenciones de la CE a la exportación para permitir a sus productos -más caros a causa de rentas más altas para el agricultor- competir en el mercado internacional. Y exige una compensación. El archipiélago importa el 80% a la CE, y el 20% a países terceros. Durante el período transitorio plantea beneficiarse, como hasta ahora, de no pagar el arancel común y seguir comprando coches y electrónica de consumo a Japón más baratos.

Por ultimo, exige una situación especial para el plátano, una producción que hasta 1995 se beneficia de tener reservado el mercado nacional sin competencia. La solución será integrarlo en la protección comunitaria que disfrutan los territorios franceses de ultramar.

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