Nueve monjas de un monasterio del siglo XII piden ayuda económica

Las nueve monjas del monasterio cisterciense de la localidad oscense de Casbas, dependiente de la abadía tarraconense de Poblet, piden ayuda económica para su supervivencia y la restauración de un recinto fundado en 1173 por la hija de los condes de Urgel Aurea u Oria.Una de las religiosas, sor Nuria, ha señalado: "Seis de mis compañeras tienen 80 años, por lo que hemos venido voluntariamente tres más jóvenes de un monasterio de Lérida para cuidar de ellas y luego mirar de levantar el monasterio errtodos los sentidos".

Las tres jóvenes han montado un taller de cerámica "porque hacía fal...

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Las nueve monjas del monasterio cisterciense de la localidad oscense de Casbas, dependiente de la abadía tarraconense de Poblet, piden ayuda económica para su supervivencia y la restauración de un recinto fundado en 1173 por la hija de los condes de Urgel Aurea u Oria.Una de las religiosas, sor Nuria, ha señalado: "Seis de mis compañeras tienen 80 años, por lo que hemos venido voluntariamente tres más jóvenes de un monasterio de Lérida para cuidar de ellas y luego mirar de levantar el monasterio errtodos los sentidos".

Las tres jóvenes han montado un taller de cerámica "porque hacía falta poner una base económica, a la vez que continuamos haciendo los tradicionales postres de la orden.", y sor Nuria añade: "Tenemos interés en promocionar la hostelería para quienes buscan un retiro de paz".

A 28 kilómetros de Huesca, en dirección a Lérida, dentro del casco urbano de la localidad de Casbas, se levantan los 11 arcos de media punta de la portada románica del monasterio, que dan paso a un recinto a través del cual se accede a la iglesia y al claustro, del siglo XV.

El monasterio conoció su máximo esplendor en los siglos XVI y XVII, para ver cómo sus privilegios y propiedades se reducían hasta ser totalmente expropiados con la desamortización de Mendizábal, a excepción de la huerta, que aún perdura.

Para estas monjas de vida monástica, el día comienza a las 5.20, con maitines, y sólo abandonan el silencio del claustro en casos excepcionales, como han hecho recientemente para impartir un cursillo de cerámica del Inem.

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