El 'bunker' rumano reprime violentamente a la oposición

El Frente de Salvación Nacional (FSN) de Rumania lanzó ayer una masiva operación de violenta intimidación callejera contra los partidos de la oposición y utilizó el intacto aparato de la dictadura del ejecutado Nicolae Ceaucescu para asegurarse el poder tras las manifestaciones en su contra del domingo. Los líderes opositores tuvieron que huir ayer de las sedes de sus partidos, asediadas por centenares de manifestantes que les calificaban de traidores y pedían que salieran para recibir "su justo castigo".

Ion Ratiu, el líder del Partido Nacional Campesino, que regresó hace pocos días de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Frente de Salvación Nacional (FSN) de Rumania lanzó ayer una masiva operación de violenta intimidación callejera contra los partidos de la oposición y utilizó el intacto aparato de la dictadura del ejecutado Nicolae Ceaucescu para asegurarse el poder tras las manifestaciones en su contra del domingo. Los líderes opositores tuvieron que huir ayer de las sedes de sus partidos, asediadas por centenares de manifestantes que les calificaban de traidores y pedían que salieran para recibir "su justo castigo".

Más información

Ion Ratiu, el líder del Partido Nacional Campesino, que regresó hace pocos días del exilio, tuvo que dar una conferencia de prensa en la práctica clandestinidad horas después de ver al presidente, Ion lliescu, ya que fue advertido de que sería linchado por la multitud. Ratiu anunció que los partidos de la oposición volverán a reunirse el próximo jueves con el FSN, en un último y desesperado intento por evitar que Rumanía cruce lo que algunos estudiantes llamaban ayer "el umbral de la guerra civil". Ayer quedó definitivamente frustrada toda posibilidad de unas elecciones con mínimas garantías democráticas mientras el FSN siga en el poder. Miembros de la antigua Securitate, reconocidos por estudiantes que acompañaban a EL PAÍS, dirigieron las operaciones contra las sedes del Partido Nacional Campesino, en la plaza de Rosetti, y del Partido Liberal, en la avenida de Magheru.El trío en el poder (Iliescu; el primer ministro, Petre Roman, y el hombre fuerte en el consejo del FSN, Silviu Brucan) dejó ayer en total evidencia que sus verdaderas pretensiones distan mucho del sistema democrático que presentan como su objetivo último cuando se entrevistan con líderes occidentales. Sus aseveraciones se contradijeron ayer radicalmente con los llamamientos a la población a movilizarse contra los que disienten del poder. "Quien siembra vientos recoge tempestades", manifestó ayer Brucan ante la Prensa, refiriéndose a la oposición democrática. Brucan justificó la actuación de sus seguidores por la "indignación y el temor del pueblo a que el FSN caiga".

Pasa a la página 3

El miedo vuelve a las calles y los hogares de Rumanía

Viene de la primera página

Silviu Brucan, acusó a los partidos de la oposición, ante todo el Nacional-Campesino y el Liberal, de haber querido organizar un golpe de Estado el domingo, cuando, durante su manifestación, pidieron al Frente que compartiera el poder hasta que los rumanos pudieran elegir su Gobierno libremente.

"La revolución ha muerto, la democracia no pudo nacer. Todas las víctimas murieron en balde". Esta frase de una jóven activista de la revolución que derribó al dictador, describe bien el ánimo de los miembros de los partidos de la oposición y de los estudiantes, que, con lágrimas en los ojos y una total impotencia ante las masas llevadas a la calle por el FSN, veían ayer ya frustrado su sueño de hacer de Rumania una democracia verdadera.

El miedo volvió ayer a las calles y los hogares de Rumania. Quien discrepa con el FSN, se vio ayer en Bucarest, puede ser apaleado impunemente ante la mirada complaciente de la policía. "El secuestro de la revolución por el aparato totalitario se ha consumado", decía un joven liberal. "Ya estoy acostumbrado a esto, lo viví en 1947, decía ayer el líder nacional-campesino Coposu, al que los manifestantes ante su asediada sede calificaban de cerdo vendido al extranjero y cuya muerte solicitaban.

En una operación con clamorosos paralelismos con los golpes de Estado comunistas que impusieron las dictaduras estalinistas entre 1946 y 1948 en todo el este de Europa, el Frente de Salvación Nacional lanzó ayer a sus seguidores a las calles de Bucarest. Las sedes de los principales partidos de oposición fueron asaltadas, sus líderes tuvieron que huir protegidos por el Ejército o por sus propios medios y se produjeron numerosos casos de palizas a personas que osaron manifestar públicamente su disconformidad con el FSN.

Recuerdos de 1948

"Me recuerda a 1948, pero espero que Iliescu demuestre que es, como asegura, un buen rumano", declaró a EL PAÍS el líder nacional campesino Ratiu, quien dijo que era obvia la perfecta organización de la operación de ayer y que tenía información sobre suministro gratuito de bebidas alcohólicas y comida a los manifestantes.

Decenas de miles de obreros y comunidades de viviendas, paramilitarmente organizados bajo directrices de los dirigentes del antiguo Partido Comunista de Rumanía, tomaron ayer Bucarest desde primeras horas de la mañana. Como en los mejores tiempos de Ceaucescu, las plantillas de las fábricas del extrarradio de Bucarest fueron movilizadas y transportadas en camiones y autobuses al centro.

En intervalos perfectamente establecidos, los grupos de manifestantes recorrieron el centro, manifestaban durante cierto tiempo su adhesión al FSN ante la sede del consejo, en la plaza de la Victoria, y después partían para recorrer otras calles y mantener la ciudad ocupada durante todo el día por partidarios de las autoridades.

"Fuera partidos traidores", "Liberales a París", "Nosotros no vendemos la patria", "Abajo los emigrantes" y "Rumanía Iliescu, Iliescu Rumanía" eran algunos de los eslóganes que gritaban los manifestantes, arengados por la televisión (en poder del FSN) y por los dirigentes ex comunistas y frentistas, contra los "cuerpos extraños" y antirrumanos que, señalaban, son los partidos que piden igualdad de oportunidades en las elecciones.

Eran apenas las ocho de la mañana cuando los primeros grupos de manifestantes comenzaron a desfilar por la avenida de Magheru hacia la plaza de la Victoria, donde antiguamente estaba el Ministerio de Asuntos Exteriores y ahora la sede del Consejo del FSN. Los obreros del relevo de las seis habían partido de las principales fábricas del cinturón industrial de la ciudad, organizados por las células del Frente, en la práctica idénticas a las del PCR bajo Ceaucescu.

Vodka gratis

Ya en la tarde del domingo habían hecho aparición masiva en la plaza de la Victoria grupos de trabajadores, en parte bebidos, que acudían en camiones y autobuses de empresas estatales. Trabajadores de la fábrica Veintitrés de Agosto y de la Compañía de Transportes Públicos que discrepan de la política del FSN aseguraron a este periódico que los dirigentes políticos les habían ofrecido una botella de vodka, 200 lei y un anorak por acudir por la noche a la plaza de la Victoria a combatir a los "gamberros", en referencia a los estudiantes y miembros de la oposición. Ceaucescu ya utilizó el término de gamberros al hablar de la población de Timisoara que se levantó el 17 de diciembre.

Desde primeras horas de la mañana, ningún miembro de la oposición se hubiera podido identificar como tal, sin peligro para su integridad física, en las calles de Bucarest.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En