Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Arte y técnica

El arte y la técnica de Claret han alcanzado sumo grado de perfección y bien se demostró el pasado miércoles al abordar la Suite en re mayor de Bach con un dominio que convierte lo dificil en algo natural, a la vez que extrae de los pentagramas bachianos todo el cúmulo de significaciones que encierran tras su aparente y magistral artesanía. Como un mundo completo en sí mismo: así suena el violonchelo de Claret gobernado con inteligencia, comunicatividad, elegancia y rigor. Todos los elogios son pocos para un artista como Claret.Mudó el giro estético en dos páginas españolas: ...

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El arte y la técnica de Claret han alcanzado sumo grado de perfección y bien se demostró el pasado miércoles al abordar la Suite en re mayor de Bach con un dominio que convierte lo dificil en algo natural, a la vez que extrae de los pentagramas bachianos todo el cúmulo de significaciones que encierran tras su aparente y magistral artesanía. Como un mundo completo en sí mismo: así suena el violonchelo de Claret gobernado con inteligencia, comunicatividad, elegancia y rigor. Todos los elogios son pocos para un artista como Claret.Mudó el giro estético en dos páginas españolas: Cadenza de Joan Guinjoan, y De actuum natura, de Tomás Garrido. Guinjoan, que a sus méritos de compositor une los de hondo investigador y analista, resume en una idea puramente musical las más variadas posibilidades de virtuosismo y procedimiento de que es capaz el violonchelo. Todo ello a través de una escritura libre a la que tanto sirven los recursos seriales como los tonales, la tímbrica entendida en un sentido expresivo y estructural, o la dinámica. Cadenza es algo muy bello que nos habla de la figura de un autor responsable. En el caso del madrileño Tomás Garrido, nacido en 1955, estamos ante una de sus personalísimas soluciones de cierto carácter lírico en la que, como dice el poema que le sirvió de punto de partida o de punto de llegada, se trata de "descubrir y apasionarse con el instrumento" para, desde él, descubrir en toda su autenticidad lo que la música es. Hay un aire natural, traslúcido, quieto y encantatorio en esta partltura que tiene tanto de saber como de sencilla espontaneidad en sus soluciones largamente meditadas. Lluís Claret hizo dos creaciones de ambas obras.

El violonechelista Claret y la Joven Orquesta

Lluís Claret, violonchelista. Obras de Bach, Guinjoan, Garrido y Kodaly. Joven Orquesta Nacional de España.Director: J. de Udaeta. Coro Príncipe de Asturias y Escolanía del Recuerdo.Obras de Darias, Mahler, Bernstein y Ravel. Auditorio Nacional.Madrid, 17 de enero.

No fue pequeño el de la soprano Patricia Mikishka, de tan relevantes méritos en todos los géneros musicales, al protagonizar los Rücker-lieder, de Mahler, en el concierto de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE). Supo internarse por el fascinante mundo mahleriano, una de cuyas mejores consecuciones es sin duda la liederística con orquesta y tuvo en la colaboración de Juan de Udaeta, director asociado de la JONDE, un intérprete de máxima sensibilidad. Otros puntos de interés en el programa fueron la interpretación de Vicmar, de Javier Darlas, y los Chichester salms, de Bernstein, en los que intervinieron el coro Príncipe de Asturias y la Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo.

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