Inverama tuvo que aplazar el pago de la tasa del juego

Gran Casino de Barcelona SA negoció y obtuvo en 1985 el aplazamiento del pago de una deuda de 616 millones de pesetas contraída con la Generalitat a causa del impago de la tasa de juego. La falta de liquidez coincidió en el tiempo con el presunto desvío ilegal de 243 millones pertenecientes a Casinos de Cataluña, según Jaime Sentís, accio-' nista y ex director financiero de la entidad.Sentís precisa en su querella contra Arturo Suqué "sin perjuicio de otras personas" que "resulten responsables"- que de los 243 millones desviados en 1985; 220. fueron entregados a Suqué, responsable de todas las...

Gran Casino de Barcelona SA negoció y obtuvo en 1985 el aplazamiento del pago de una deuda de 616 millones de pesetas contraída con la Generalitat a causa del impago de la tasa de juego. La falta de liquidez coincidió en el tiempo con el presunto desvío ilegal de 243 millones pertenecientes a Casinos de Cataluña, según Jaime Sentís, accio-' nista y ex director financiero de la entidad.Sentís precisa en su querella contra Arturo Suqué "sin perjuicio de otras personas" que "resulten responsables"- que de los 243 millones desviados en 1985; 220. fueron entregados a Suqué, responsable de todas las sociedades mencionadas, y el resto a Cavas Castillo de Perelada SA, empresa que también controla Suqué.

La existencia de una deuda con la Generalitat se refleja en la inscripción registra¡ número 18 de la sociedad Gran Casino de Barcelona. Esta inscripción, fechada el 7 de mayo de 1985, faculta al entonces consejero de la sociedad, Jaime Sentís Abad, "para reconocer la deuda que Gran Casino de Barcelona tiene con la Generalitat de Catalunya, que asciende a 479.058,268 pesetas, de principal más intereses, más la cantidad de 137.639.568 pesetas de posibles recargos y demoras en concepto de tasa de juego".

En su querella, Sentís atribuye en parte la formación de la deuda con la Generalitat a "los transtornos ocasionados en las finanzas de Casinos" por la presunta ilegalidad de la actuación de Suqué. En la querella se afirma que Suqué sobrevaloró en 900 millones de pesetas los terrenos en los que se ubican los casinos de Barcelona y de Perelada, lo que obligó a las empresas del holding a endeudarse fuertemente con créditos bancarios y sobre todo con aplazamientos a largo plazo en la tasa de juego, que llegaron a superar los 810 millones".