La pérdida continua de crudo impide el traslado del 'Khark 5' a un puerto en el que pueda ser reparado

El petrolero iraní Khark 5, accidentado el 19 de diciembre pasado cerca de la costa atlántica marroquí, sigue perdiendo crudo, por lo que no se puede acercar a la costa africana ni a las islas Canarias. Expertos internacionales restan importancia, sin embargo, a la marea negra producida por el vertido de unas 70.000 toneladas de crudo, parte de las cuales se encuentran ya a menos de 30 kilómetros de las costas. Fernando Pardo, un experto español al servicio de la CE, opina, tras sobrevolar la zona, que se trata de "irisaciones difusas" de pocas micras de espesor.

Un portavoz de la empre...

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El petrolero iraní Khark 5, accidentado el 19 de diciembre pasado cerca de la costa atlántica marroquí, sigue perdiendo crudo, por lo que no se puede acercar a la costa africana ni a las islas Canarias. Expertos internacionales restan importancia, sin embargo, a la marea negra producida por el vertido de unas 70.000 toneladas de crudo, parte de las cuales se encuentran ya a menos de 30 kilómetros de las costas. Fernando Pardo, un experto español al servicio de la CE, opina, tras sobrevolar la zona, que se trata de "irisaciones difusas" de pocas micras de espesor.

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Un portavoz de la empresa consignataria del petrolero iraní en las Palmas de Gran Canaria reconoció ayer que todavía no se ha podido atajar totalmente la pérdida de crudo, procedente de los dos depósitos dañados en el Khark 5, que ayer se encontraba a 210 millas marinas al norte de Lanzarote, informa Antonio González. La evolución de la situación en las próximas horas determinará que el buque se dirija hacia Dakar o a las islas CanariasEl avance hacia el Sur de la marea negra generada por el accidente del petrolero iraní podría significar "la ruina de las embarcaciones artesanales con base en Canarias", declaró ayer Domingo Delgado Morín, presidente de la cofradía de pescadores San Ginés, de Lanzarote. En la actualidad, más de 60 pesqueros sardinales, unos 20 atuneros y unas 300 unidades de arrastreros con base en las islas faenan en el banco sahariano, hacia donde avanza el crudo vertido. Según Delgado Morín, la sardina atraviesa en esta época del año un ciclo biológico que difícilmente podrá superar con la contaminación de las aguas atlánticas.

España lo sabía

Hasta el próximo mes de mayo, la flota artesanal con base en Canarias permanecerá amarrada en puerto, en cumplimiento del tratado internacional de pesca entre la CE y Marruecos.

Las autoridades marítimas españolas conocieron el accidente el mismo día en que se produjo, y enviaron 24 horas después al remolcador Punta Salinas hacia el lugar del siniestro. El experto español Fernando Pardo, funcionario del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones, realizó su primer vuelo de reconocimiento el pasado día 21 de diciembre, 48 horas después de haberse producido el accidente del Khark 5.

Después de tres vuelos más, los días 29, 30 y 31, Pardo estima que la mancha de crudo, a unos 30 kilómetros de la costa marroquí, es superficial y "muy difusa". "El viento y la evaporación rápida de este tipo de combustible están permitiendo su desaparición", asegura. Pardo no descarta que parte del vertido pueda alcanzar la costa, pero resta importancia a sus efectos negativos sobre los recursos marinos.

Otro experto británico que hace labores de asesoramiento en el accidente afirmó ayer a la Prensa que es "mucho menos grave" que el provocado por el petrolero Exxon Valdez el pasado mes de marzo en las costas de Alaska. Joe Nichols recordó que el Exxon se encontraba en una zona protegida, con pocas olas y bajas temperaturas, mientras que el buque iraní estaba en mar abierto y a mayores temperaturas, lo que favorece la dispersión y degradación rápida del crudo vertido.

Según las autoridades marítimas españolas, el buque iraní Khark 5 no pidió socorro en un principio. La tripulación abandonó el buque el mismo día del accidente, tras intentos vanos de sofocar los incendios declarados en varios tanques. Por encargo de los consignatarios iraníes, la compañía holandesa de salvamento Sinit Tak efectúa las tareas de rescate, para lo que contrató en los primeros momentos al remolcador español Punta Tarifa, de la empresa Ciresa, para pasar luego a trabajar con dos buques propios.

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