INVASIÓN EN PANAMÁ

La resistencia panameña obliga a EE UU a reforzar sus tropas con 2.000 nuevos soldados

CARLOS MENDO Estados Unidos se vio obligado ayer a enviar 2.000 soldados adicionales a Panamá en un intento de terminar con la inesperada resistencia opuesta por los partidarios del hombre fuerte, general Manuel Antonio Noriega. Cuatro días después de la invasión norteamericana en el país del canal, los leales a Noriega continúan luchando, contra el pronóstico oficial de Washington, y oponiéndose al poderío militar del coloso del Norte.

El envío de nuevas fuerzas procedentes del Séptimo Cuerpo de Ejército con base en Fort Ord, California, eleva el número de fuerzas estacionadas en Pana...

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CARLOS MENDO Estados Unidos se vio obligado ayer a enviar 2.000 soldados adicionales a Panamá en un intento de terminar con la inesperada resistencia opuesta por los partidarios del hombre fuerte, general Manuel Antonio Noriega. Cuatro días después de la invasión norteamericana en el país del canal, los leales a Noriega continúan luchando, contra el pronóstico oficial de Washington, y oponiéndose al poderío militar del coloso del Norte.

El envío de nuevas fuerzas procedentes del Séptimo Cuerpo de Ejército con base en Fort Ord, California, eleva el número de fuerzas estacionadas en Panamá a unas 26.000.Contradiciendo las optimistas declaraciones hechas el primer día de la invasión por el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Colin Powell, quien afirmó que las fuerzas norteamericanas se estaban limitando prácticamente a realizar "operaciones de limpieza", el comandante supremo del Comando Sur en Panamá, general Maxwell Thurman, ha reconocido que Estados Unidos se encuentra "en una situación de guerra real en Panamá y que la resistencia parecía dirigda por la mano de Noriega.

Thurman, que compareció por primera vez ante los periodistas el viernes por la noche, calculó que las fuerzas bajo sus órdenes tardarían unos 10 días, y no los 2 ó 3 que calculaba el Pentágono en un principio, en dominar la resistencia de los leales de Noriega. El militar intentó explicar el nuevo plazo diciendo que el Ejército había tardado también 10 días en restablecer el orden en Detroit durante los graves incidentes raciales de 1967, a pesar de que en esa ciudad existía una fuerza de policía cosa que no ocurre en Panamá.

Mientras Thurman hablaba a la Prensa, fuerzas panameñas lanzaban un ataque con morteros contra el cuartel general norteamericano en la capital panameña y unidades pertenecientes, al parecer, a los Batallones de la Dignidad casi conseguían asesinar a uno de los vicepresidentes del Gobierno de Guillermo Endara, Ricardo Arias Calderón.

El jefe del Comando Sur calculó que unos 2.000 miembros de los Batallones de la Dignidad, unidad paramilitar creada por Noriega, se encontraban campando por sus respetos en la calles de la capital panameña divididos en pequeños comandos.

Thurman también anunció que en lo que parecía ser uno de los escondites de Noriega, sus tropas habían descubierto 50 kilos de cocaína, documentos relacionados con el tráfico de drogas, material pornográfico, tres fotos de Adolfo Hitler, Muamar el Gaddafi y la madre Teresa y varios fetiches de vudú.

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En otro orden de acontecimientos, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se disponía a votar ayer, a pesar de la amenaza de veto por parte de Estados Unidos y quizás d Gran Bretaña, un proyecto de re solución de condena a la intervención norteamericana. El viernes, la Organización de Estados Americanos (OEA) condenó la invasión, lo que ha provocado ampollas en Washington. Un protavoz del Departamento de Estado manifestó que con su decisión "la organización se había puesto al lado de los dictadores y los tiranos".

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