Crítica:'POP'

Con estilo propio

Decir que 21 Japonesas es uno de los grupos más personales, interesantes, renovadores y creativos del pop español actual no es ninguna novedad. Su reconocimiento es un hecho y países como Francia y el Reino Unido comienzan a interesarse por la música del grupo donostiarra. Su concierto en Madrid, donde no actuaban desde hace más de siete meses, permitió constatar una vez más el excelente nivel musical alcanzado por 21 Japonesas y comprobar que el paso del tiempo, temible para otros grupos, ha incrementado su agilidad escénica y su madurez artística, sin hacerle perder frescura.Originale...

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Decir que 21 Japonesas es uno de los grupos más personales, interesantes, renovadores y creativos del pop español actual no es ninguna novedad. Su reconocimiento es un hecho y países como Francia y el Reino Unido comienzan a interesarse por la música del grupo donostiarra. Su concierto en Madrid, donde no actuaban desde hace más de siete meses, permitió constatar una vez más el excelente nivel musical alcanzado por 21 Japonesas y comprobar que el paso del tiempo, temible para otros grupos, ha incrementado su agilidad escénica y su madurez artística, sin hacerle perder frescura.Originales en la concepción de las canciones, renovadores en la forma y con unos textos sencillos de frasco onomatopéyico y único, el grupo presentó un repertorio basado en sus dos discos publicados, que desarrollan un estilo inclasificable Por su habilidad para amalgamar raíces. Además, ofreció una nueva composición que, aunque todavía en esbozo, profundiza con rigor en su peculiar estilo, sin influencias ajenas, y que permite agiardar con esperanza el futuro creativo de 21 Japonesas.

21 Japonesas

Txetxo Bengoetxea (voz y bajo), Luis Camino (percusión y coros), Alfredo Beristáin (guitarra y coros), Michel Ongaron (batería), Alex Mendizabal (teclados). Madrid, Oh Madrid. 21 de diciembre.

Con un Txetxo Berigoetxea magnífico de voz y aprovechando su amplia tesitura, el único defecto del concierto se produjo en el sonido. Hilando muy fino al grupo se le puede achacar cierta confusión sonora, que hace difícil separar los planos de los teclados, el bajo y la guitarra. Este problema, que puede tener su origen en las condiciones de la sala, por los arreglos o por el registro de los instrumentos, impide en ocasiones apreciar la fuerza de un trabajo inteligente, serio y elaborado.

En algunos momentos, esta pared sonora de reverberación uniforme crea un ambiente idóneo que sostiene bien las canciones, pero en otros se añora una mayor diferenciación en la presencia y nivel de los instrumentos. Este matiz no impide en absoluto considerar ya a 21 Japonesas como un grupo para los noventa por su capacidad de afrontar el riesgo creativo a través de una nueva forma de entender la música popular con estilo propio.

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