Los golpismos de Honasan

Tras la llegada al poder de Corazón Aquino, a comienzos de 1986, la revuelta popular que la convirtió en presidenta de Filipinas se ha visto amenazada por diversos intentos de golpe de estado y amotinamientos de pequeños grupos de soldados, el primero de ellos a los cinco meses, cuando 400 soldados leales al depuesto dictador Ferdinand Marcos se hicieron con un hotel y, declararon un gobierno rebelde.

Gregorio Gringo Honasan, coronel del Ejército filipino de 41 años, jugó un papel transcendental en las intentonas de noviembre de 1986 y de enero de 1987. Pero este líder de los...

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Tras la llegada al poder de Corazón Aquino, a comienzos de 1986, la revuelta popular que la convirtió en presidenta de Filipinas se ha visto amenazada por diversos intentos de golpe de estado y amotinamientos de pequeños grupos de soldados, el primero de ellos a los cinco meses, cuando 400 soldados leales al depuesto dictador Ferdinand Marcos se hicieron con un hotel y, declararon un gobierno rebelde.

Gregorio Gringo Honasan, coronel del Ejército filipino de 41 años, jugó un papel transcendental en las intentonas de noviembre de 1986 y de enero de 1987. Pero este líder de los jóvenes oficiales reformistas filipinos, adquirió todo su renombre con motivo del intento de golpe contra Aquino dado el 28 de agosto de 1987, que fue dirigido por él.

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Fue esa la revuelta militar más cruenta de todo el mandato de Aquino. Causó 53 muertos y más de 300 heridos, y además contó con el apoyo de unos 3.000 militares. La presidenta pudo controlar finalmente la situación y Honasan pasó a estar en situación de prófugo. Hasta su detención, a comienzos de diciembre de 1987, se mantuvo un tenso duelo entre el Gobierno de Aquino, que buscaba su captura por todos los medios y negaba cualquier perdón para los golpistas, y el Ejército, que planteaba la posibilidad de perdonar a Honasan debido al apoyo que le daba la mayoría de los militares del país.

Honasan se fugó del barco que servía como prisión suya en la bahía de Manila el 2 de abril de 1988, cuando estaba a la espera de ser juzgado por un consejo de guerra. Desde su fuga ha permanecido en la clandestinidad, desde la que en marzo de este año lanzó a la presidenta Aquino una amenaza de dar un nuevo golpe a lo largo de 1989 si no disolvía su Gobierno y detenía a los marxistas de su Gabinete.

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