Bush propone eliminar las armas químicas en un plazo de 10 años

El presidente de Estados Unidos, George Bush, propuso ayer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, su antigua casa durante más de dos años, un ambicioso plan para eliminar las armas químicas de la faz de la Tierra, y anunció la disposición de Washington para suprimir el 98% de sus arsenales de este tipo de armamento en los próximos ocho años, siempre que la Unión Soviética haga lo mismo.

"Estados Unidos está dispuesto a iniciar los pasos necesarios para conseguir la total eliminación de las armas químicas del mundo en los próximos 10 años ( ... ), y para ello empieza por propon...

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El presidente de Estados Unidos, George Bush, propuso ayer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, su antigua casa durante más de dos años, un ambicioso plan para eliminar las armas químicas de la faz de la Tierra, y anunció la disposición de Washington para suprimir el 98% de sus arsenales de este tipo de armamento en los próximos ocho años, siempre que la Unión Soviética haga lo mismo.

"Estados Unidos está dispuesto a iniciar los pasos necesarios para conseguir la total eliminación de las armas químicas del mundo en los próximos 10 años ( ... ), y para ello empieza por proponer una eliminación del 98% de sus arsenales en los próximos ocho años si la Unión Soviética adopta una medida similar, y creo que lo hará", manifestó Bush en el transcurso de su intervención de 25 minutos ante la 44ª Asamblea General de las Naciones Unidas, según informa Carlos Mendo desde Nueva York.El presidente norteamericano condicionó su oferta de eliminación total de las armas químicas en un plazo de 10 años a que las 20 naciones del mundo que en la actualidad poseen este tipo de armas aceptaran la firma de un tratado global para su supresión. "El tiempo se nos acaba", dijo, "y estas terribles armas están apareciendo en los conflictos regionales, lo cual es sencillamente inaceptable".

La propuesta de Bush se produce dos días después del principio de acuerdo alcanzado entre las dos superpotencias durante la cumbre de Wyoming (EE UU) entre el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze, y el secretario de Estado norteamericano, James Baker. El acuerdo prevé un intercambio de información entre Washington y Moscú sobre la composición y cuantía de sus respectivos arsenales de armas químicas, un tema en el que existe una disparidad sustancial de estimaciones, según las diversas fuentes.

Mientras EE UU afirma poseer 30.000 toneladas de este tipo de armas, principalmente gas venenoso, los soviéticos estiman el suyo en 50.000. Sin embargo, el cálculo realizado por la OTAN eleva el arsenal soviético a 300.000 toneladas.

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Bush señala que la ONU es un "foro vital" para la paz

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El tono del discurso de Bush que fue aplaudido en tres ocasiones por los delegados de los 159 países que componen en la actualidad el organismo internacional, ofreció el mejor ejemplo de los deseos de Washington de cooperar cada vez más con las Naciones Unidas en la resolución de los conflictos internacionales, en abierto contraste con la política seguida por Ronald Reagan, que durante varios años prácticamente ignoró a esa organización y sólo intentó un acercamiento a la misma en la última época de su presidencia.

Bush, que recordó sus dos años de embajador norteamericano ante la ONU durante la presidencia de Richard Nixon -"Barbara y yo volvemos a casa", dijo-, ofreció el apoyo incondicional de su Administración para los esfuerzos realizados por el actual secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, para conseguir un arreglo pacífico de los conflictos regionales que amenazan la paz del mundo. "Las Naciones Unidas", declaró Bush, "no son perfectas ni constituyen una panacea para la solución de los problemas mundiales. Pero constituyen un foro vital donde las naciones del mundo intentan sustituir el conflicto por el consenso, y deben ser un foro para la paz. Las Naciones Unidas se están acercando a ese ideal y cuentan con el apoyo de Estados Unidos".

Entendimiento

En un momento de su intervención, el presidente norteamericano recordó a los 700 soldados que han perdido su vida en las fuerzas de paz de las Naciones Unidas, y rindió un tributo especial de admiración al teniente coronel William Higgins, asesinado por sus secuestradores cuando prestaba sus servicios en las fuerzas de interposición de la ONU en el sur de Líbano. Bush pidió a la Asamblea que condenara el asesinato, y a los responsables del mismo, que "tuvieran la decencia de devolver a su familia los restos" del militar norteamericano.

La reciente reunión entre Shevardnadze y Baker fue elogiada por el presidente como ejemplo del nuevo clima de entendimiento entre las dos superpotencias. "Estoy muy satisfecho del progreso alcanzado en las conversaciones", manifestó Bush ante el asentimiento de Shevardnadze, que se encontraba presente entre los miembros de la delegación soviética y que intervendrá hoy, martes, ante la Asamblea General.

Después de enumerar los acuerdos alcanzados, entre los que se encuentra la celebración de una cumbre con Gorbachov en la primera mitad de 1990, Bush dijo que "más importante que esos acuerdos es la nueva actitud que preside las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética". "Sabernos que existen serias diferencias, pero la disposición a encarar esas diferencias de forma constructiva y sincera es algo que merece nuestro aplauso y el del resto del mundo", manifestó Bush.

El presidente norteamericano también se refirió en su discurso al tema de las drogas, "que constituyen una amenaza para el orden social y son una fuente de miseria humana allí donde se instalan". A este respecto, Bush rindió un tributo de admiración a Colombia y a su presidente, Virgilio Barco.

Entre los ministros de Asuntos Exteriores que asistieron a la intervención de Bush se encontraba el de España, Francisco Fernández Ordóñez, que posteriormente asistió a un almuerzo ofrecido por Bush a los jefes de las delegaciones de los países de la Alianza Atlántica.

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