LA VISITA PAPAL

Un lugar para la Xunta

Las desventuras del Gobierno gallego en su desesperado intento por figurar en primera línea durante la estancia del Papa en Santiago provocaron un serio problema de protocolo. Los miembros del Gobierno que preside el, socialista Fernando González Laxe se encontraron con que nadie había reservado sitio para que pudieran asistir al denominado Rito del Peregrino, el acto que el Papa celebró al mediodía en la catedral al que estaban invitados los miembros de la Xunta.La presencia de los conse- lleiros, que ya habían acudido en pleno a recibir al Papa al aeropuerto, obligó a variar la distribución ...

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Las desventuras del Gobierno gallego en su desesperado intento por figurar en primera línea durante la estancia del Papa en Santiago provocaron un serio problema de protocolo. Los miembros del Gobierno que preside el, socialista Fernando González Laxe se encontraron con que nadie había reservado sitio para que pudieran asistir al denominado Rito del Peregrino, el acto que el Papa celebró al mediodía en la catedral al que estaban invitados los miembros de la Xunta.La presencia de los conse- lleiros, que ya habían acudido en pleno a recibir al Papa al aeropuerto, obligó a variar la distribución de lugares reservados a las autoridades realizada anteriormente. El resultado fue una imagen tan poco frecuente como el observar a la izquierda de la Reina al conselleiro de Economía, Fernando Salgado, visiblemente satisfecho ante tal honor.

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El Papa fue recibido en Santiago con miles de papeles con los colores amarillo y blanco de la bandera vaticana y los más diversos símbolos, cánticos y lemas. Ikurriñas, bailes por sevillanas, pancartas del sindicato polaco Solidaridad y toda clase de eslóganes a base de pareados.

Pese a la avalancha de mochilas y bocadillos que desde hace días ha tomado las calles del casco viejo de Santiago, el día transcurrió con relativa calma. No llovió durante el día, no hubo caos circulatorio, la policía apenas tuvo que intervenir y los médicos del servicio de urgencias del Hospital General de Galicia sólo atendieron a peregrinos afectados por gastroenteritis o por excesos con los vinos de la tierra.

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