Un acelerador para España

M. R. E., Juan Antonio Rubio tiene un sueño, que por el momento, afirma, sólo es eso, aunque existen datos que indican que va por buen camino. Se trata de construir en España un acelerador de partículas, una instalación que serviría para impulsar la formación de ingenieros, además de cumplir un papel importante en física experimental. Por cada físico de altas energías, explica Rubio, debe haber un ingeniero especializado en técnicas relacionadas con la aceleración, como la criogenia; pero en España hay un centenar de físicos de esta especialidad y sólo una treintena de técnicos.

La prop...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

M. R. E., Juan Antonio Rubio tiene un sueño, que por el momento, afirma, sólo es eso, aunque existen datos que indican que va por buen camino. Se trata de construir en España un acelerador de partículas, una instalación que serviría para impulsar la formación de ingenieros, además de cumplir un papel importante en física experimental. Por cada físico de altas energías, explica Rubio, debe haber un ingeniero especializado en técnicas relacionadas con la aceleración, como la criogenia; pero en España hay un centenar de físicos de esta especialidad y sólo una treintena de técnicos.

La propuesta, madurada por Rubio a lo largo de los últimos 10 meses, "está muy cerquita de convertirse en realidad", según este científico, que no da más detalles.

Más información

Considera que un pequeño acelerador tendría un impacto tecnológico importante. "En España", dice, "se habla mucho de tecnología, y casi nadie hace ninguna. La única manera de adelantar tecnológicamente el país es intervenir trabajando en tecnologías punteras, y las tecnologías que rodean las técnicas de aceleración son todas punteras. Lo mejor es construir una instalación no muy cara en el propio país, pero esto es muy arriesgado. La solución, para no fracasar, sería que fuera una instalación de la propia CERN."

La utilidad de una instalación de este tipo radica no sólo en su interés científico. "Hay dos tipos de máquinas", señala Rubio, las que alcanzan energías cada vez más altas, en las que se pueden detectar fenómenos nuevos, inesperados, y otras que en un rango de energías ya analizadas tienen mucha intensidad y se puede alcanzar una gran precisión en el análisis de procesos. En España tendría sentido el segundo tipo; podría ser un acelerador de electrón-positrón de unos cinco GeV, una energía 20 veces menor que la del LEP pero con una intensidad 100 veces mayor. Tendría unos 500 metros de circunferencia, y el presupuesto rondaría los 6.000 millones de pesetas".A la pregunta de por qué estaría interesada la CERN en poner una instalación suya en España, responde: "La CERN está formada por 14 países, pero todas las instalaciones están cerca de Ginebra, en Francia y en Suiza, países que obtienen muchas ventajas comerciales y tecnológicas. Diversificar las instalaciones significa un apoyo mayor por parte de los demás países. Los candidatos son los del norte y sur de Europa, y sobre todo aquellos, como España, que no tienen ninguna instalación de este tipo".

Archivado En