Tribuna:EL OMBUDSMAN

Víctimas y verdugos

Que el periodismo no es una ciencia exacta es algo conocido por los lectores. Las reglas convencionales que rigen en la mayoría de los medios indican que el periodista no debe utilizar informaciones cuyo origen desconoce. Pero esta regla es incluso de difícil aplicación en el campo de las historias de espionaje y terrorismo. Un ejemplo es el reportaje Conspiración mortal, publicado el pasado domingo en las páginas de la sección Internacional, en el que se daba cuenta con detalle de los preparativos, desarrollo y ejecución del atentado contra un Jumbo de la compañía Pan Am, en diciembre ...

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Que el periodismo no es una ciencia exacta es algo conocido por los lectores. Las reglas convencionales que rigen en la mayoría de los medios indican que el periodista no debe utilizar informaciones cuyo origen desconoce. Pero esta regla es incluso de difícil aplicación en el campo de las historias de espionaje y terrorismo. Un ejemplo es el reportaje Conspiración mortal, publicado el pasado domingo en las páginas de la sección Internacional, en el que se daba cuenta con detalle de los preparativos, desarrollo y ejecución del atentado contra un Jumbo de la compañía Pan Am, en diciembre de 1988, sobre tierras de Escocia y que costó la vida a 270 personas.El reportaje, escrito por un profesor y un periodista norteamericanos, especialistas en temas de espionaje, y publicado en Estados Unidos por la revista The Washingtonian, tenía todos los ingredientes de una exclusiva mundial. Información inédita y detallada sobre quiénes y por qué reálizaron el atentado, y los sucesivos fallos de los servicios de seguridad de la República Federal de Alemania (RFA), que habían descubierto, e incluso detenido, con antelación al comando palestino que ejecutó el atentado. La supuesta negligencia de los servicios de la RFA se debía a que tenían a un agente infiltrado en el comando, agente que habría burlado a sus controladores alemanes, y continuó con los preparativos del atentado después de haber sido puesto en libertad.

El reportaje acusaba a la RFA de haber tergiversado su investigación posterior al atentado, para ocultar la torpeza con que había llevado el caso. Los autores, David Halevy y Neil C. Livingstone, no atribuyen sus informaciones a ninguna fuente, y se sobrentiende que sus datos proceden del fantasmagórico mundo de los servicios de espionaje.

La publicación del reportaje ha provocado dos cartas de queja. Una de un familiar de una de las víctimas del atentado, y otra de la Embajada de Irán, país al que se hacía responsable en el reportaje de haber financiado la matanza en represalia por el derribo, algunos meses antes, de un reactor iraní de líneas regulares por el buque de guerra norteamericano Vincennes en aguas del golfo Pérsico, y que costó la vida a las 290 personas que viajaban a bordo.

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Marina de Larracoechea, que firma su carta como directora del Comité de Investigación / Víctimas de Pan Am 103, expresa su "indignación y asombro" por el reportaje. Desde su punto de vista, "los hechos así expuestos están recortados y desfigurados, enfocando la culpabilidad exclusivamente en los terroristas, cuando esta maacre devastadora e inutil podía haber sido dificultada y posiblemente evitada si todos los entes involucrados, y son muchos, hubieran tomado en serio sus cargos y la responsabilidad que conllevan, además de la gran cantidad de información, alertas, boletines y documentación de que dispusieron a finales de noviembre".

La lectora facilita, en una relación cronológica, las sucesivas alertas que los servicios de seguridad europeos y norteamericanos recibieron a raíz del derribo del reactor iraní. Concretamente señala que en noviembre -un mes antes de la tragedia- el Grupo de Trevi conoce la existencia de la bomba radiocasete descubierta al comando palestino detenido en la RFA. La bomba es calificada como "dificil de detectar" y que está diseñada para "volar un avión". Marina de Larracoechea acusa en su carta a los Gobiernos occidentales y a la compañía aérea víctima del atentado de no querer reconocer que los fallos de seguridad y coordinación facilitaron la labor de los terroristas.

El reportaje publicado era un brillante ejercicio de periodismo de investigación, y su credibilidad es proporcional al cúmulo de datos que facilita. Obviamente, muchos de los datos que facilitan los servicios de espionaje no son contrastables. La credibilidad de los autores y del medio que lo publica es el aval de ese tipo de informaciones. La queja de la lectora es comprensible. El punto de vista de las víctimas -representado por su familiares- sacrificadas en una guerra de represalias entre Estados y por la negligencia de quien debe preservar su seguridad no aparecía en el reportaje.

La Embajada iraní, en su carta, considera "lamentable" que este diario publicase el reportaje, al que califica de bulo, y recuerda que la fecha de publicación -2 de julio- coincide con el aniversario -3 de julio- del derribo del avión iraní.

"Así que la redacción de este infundado reportaje en el aniversario de la tragedia, por parte de algunas personas que, disfrazadas de escritores, persiguen sus deseos ilegítimos, así como los de sus amos, es otro complot de la serie de conspiraciones dirigidas contra la República Islámica de Irán por parte de círculos conocidos después de la victoria de la revolución islámica. No siendo otro su fin sino perturbar la opinión pública y dejar en un segundo plano las dimensiones salvajes e inhumanas de la tragedia del derribo del avión de pasajeros de la República Islámica de Irán", afirma la nota sin firma remitida por la Embajada iraní en Madrid.

Naturismo y desnudismo

Jairo Chinarro, director del centro de salud integral Siddharta, de Alicante, ha escrito al defensor de los lectores para que se deje de confundir naturismo y desnudismo."Todos los que nos sentimos naturistas no podemos menos que sentirnos muy molestos por este error, por desgracia muy común, que es confundir el término naturista con el de nudista", escribe. "Quisiera recordar que en el diccionario se define el naturismo como 'sistema de vida que preconiza el empleo de agentes naturales para conservar la salud y prevenir las enfermedades'. Por tanto, no es ni siquiera obligatorio ser nudista para ser naturista, y resulta del todo irrisorio llamar naturista a un individuo que fuma, come carne o bebe alcohol por el mero hecho de tomar el sol desnudo, con el consiguiente riesgo de incitar a confusión a personas interesadas en este tipo de vida natural".

La queja del lector está relacionada con la publicación, el pasado mes, de un reportaje sobre un centro de desnudismo que llevaba el subtítulo Almería tiene el mayor centro naturista mediterráneo.

Para ponerse en contacto directo con el ombudsman pueden llamar al teléfono 754 45 53 de Madrid.

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