Tiempos internos

La italiana Stefania Follini ha perdido la noción del tiempo. Sin embargo, no es difícil perdonarla tras haber permanecido en una cueva desde el 13 de enero hasta hace unos días. Durante 131 días estuvo sola en un reducidísimo espacio bajo tierra. Cuando salió a la superficie pensaba que estábamos a mediados de marzo. Tal cosa ocurrió, obviamente, porque la sensación del tiempo se hizo más lenta para Stefania. Su día se prolongó hasta durar 48 horas, durmiendo entre 22 y 24 horas, y luego estaba en actividad durante más de 30 horas.Este experimento ha llamado la atención de la opinión pública ...

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La italiana Stefania Follini ha perdido la noción del tiempo. Sin embargo, no es difícil perdonarla tras haber permanecido en una cueva desde el 13 de enero hasta hace unos días. Durante 131 días estuvo sola en un reducidísimo espacio bajo tierra. Cuando salió a la superficie pensaba que estábamos a mediados de marzo. Tal cosa ocurrió, obviamente, porque la sensación del tiempo se hizo más lenta para Stefania. Su día se prolongó hasta durar 48 horas, durmiendo entre 22 y 24 horas, y luego estaba en actividad durante más de 30 horas.Este experimento ha llamado la atención de la opinión pública sobre un campo de la ciencia llamado cronobiología, que estudia los ritmos internos del cuerpo humano. Los investigadores actuales explican que muchos de los caracteres humanos, desde las funciones psicológicas básicas a la presión arterial pasando por la temperatura del cuerpo, siguen dichos ritmos. Algunos de estos ritmos duran segundos y hay otros medibles en meses: hay personas que comienzan a sufrir una depresión en invierno y no la remontan hasta el verano. De todas formas, los ritmos mejor conocidos son los circadianos, los que duran en torno a un día.

Las investigaciones actuales dentro de la cronobiología tratan de encontrar la forma de ajustar, en caso de que sea necesario, los relojes internos que configuran los ritmos del cuerpo. De conseguirse tal cosa, dejaremos de ser esclavos y pasaremos a ser los dueños del tiempo biológico.

3 de junio

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